Cómo hacer espectáculo del dolor ajeno

Un hombre con cáncer en fase terminal. Una mujer bipolar que trabaja de masajista-prostituta. Dos niños que sobreviven como pueden. Pobreza, mucha pobreza. Talleres clandestinos. Inmigrantes explotados y deportados. Droga, mucha droga. Todo con un muchos detalles. ¿Que es la vida real? Pues me parece biutiful. Lo que tengo claro es que no salía del cine con tan mal cuerpo desde hacía tiempo.

'Biutiful', del mejicano Alejandro González Iñárritu, es una película desagradable. Ya hace casi una semana que la he visto y todavía no sé qué mensaje pretende darnos. Que la vida es dura ya lo sabemos. Y, para demostrarlo, no creo que sea necesario ver a un hombre orinando sangre constantemente y a su exmujer drogándose. Iñárritu hace espectáculo con el dolor ajeno. Su poesía de la miseria me ha provocado repulsió. Maniqueísmo en estado puro.

Lo mejor de 'Biutiful' es la actuación de Javier Bardem, que da mucha credibilidad al personaje de Uxbal, sobre el que reace todo el peso de la película. Él es el enfermo de cáncer que intenta asegurar el futuro de sus hijos y, siempre que sea posible, encontrar la paz antes de morir. Y lo hace trapicheando, sacando dinero de aquí y de allá. Por ejemplo de los velatorios, cobrando por hablar con los espíritus de los muertos cuando abandonan los cuerpos.

Bardem está bien acompañado por Eduard Fernández (que interpreta al hermano de Uxbal) y por la argentina Maricel Álvarez, que da vida a su mujer. Todos ellos sobreviven en una Barcelona que da asco, castigada por la suciedad y la miseria. ¿Que ésta también es la Barcelona real? Me parece muy bien, pero sufriéndola de esta manera no ganamos nada. Al final será verdad que el bueno de Iñárritu ('Amores perros', 2000; '21 gramos', 2003; y 'Babel', 2006) empieza a echar en falta a Guillermo Arriaga, su guionista estrella.

'SUBMARINO' (DE THOMAS VINTERBERG)

Ver 'Submarino' un par de días después de 'Biutiful' es como salir del fuego para meterse en las brasas. Es otro dramón en mayúsculas, aunque esta película, dirigida por el danés Thomas Vinterberg ('Festen', 1998), me ha gustado muchísimo más. Vale la pena verla. Me ha parecido sincera y con un objetivo claro: explicar que las cosas que nos pasan de pequeños pueden marcar el resto de nuestras vidas.

Es el caso de Nick (un gran Jakob Cedergren) y de su hermano pequeño, que crecen viendo como su madre se emborracha día tras día, sin importarle lo más mínimo lo que pueda ocurrirles. Ella no ve más allá de su botella de vermut. Pasan los años y ninguno de los dos puede reconducir su vida. 'No fue culpa nuestra lo que pasó' -y quizás lo que pasa-, le dice uno al otro en un momento de la película. 'Submarino' es otra historia de perdedores, de personas que, por mucho que luchen, nunca encuentran la luz al final del túnel.

Que tomen nota los hijos de Uxbal, protagonista de 'Biutiful'. O se ponen las pilas rápido o acabarán peor que los hermanos de 'Submarino'. En definitiva, se trata de una película muy actual, rodada con una fotografía de colores fríos, que te engancha, y no te suelta, del primer al último minuto. Excelente.

Buena semana a todas y a todos.