Comentario 'Alatriste'. Nota: 4

Mucho ruído y pocas nueces

2006 / Director: Agustín Díaz Yanes / Aventuras. Histórica (Siglo XVII) / 140 minutos / Intérpretes: Viggo Mortensen, Juan Echanove, Eduardo Noriega, Elena Anaya, Eduard Fernández, Unax Ugalde, Javier Cámara, Blanca Portillo / Diego Alatriste, valeroso soldado al servicio de su majestad, combate en Flandes. En una emboscada de los holandeses, Balboa, amigo y compañero de armas, cae herido de muerte. Alatriste escucha de los labios de su amigo una última petición y promete cumplirla: cuidará de su hijo Iñigo y le alejará del oficio de soldado. El propio Alatriste, que malvive vendiendo su espada, se verá implicado en una de estas intrigas cuando es contratado junto a otro mercenario, el italiano Gualterio Malatesta, para dar muerte a dos misteriosos personajes que viajan de incógnito a Madrid.

Para empezar, no entiendo a los que piensan que para ver una película y entenderla hay que haber leído los libros en los que se ha basado. La mayoría de películas están inspiradas en libros y si ves doscientas al año es imposible leerlos todos. En todo caso, he leído los de Alatriste y, aún y así, me parece una muy mala película. Desde un punto de vista argumental, no hay por donde cogerla. Es inconexa y con saltos de racord. Es un puzzle sin pies ni cabeza. Es verdad que visualmente está lograda, pero es lo único que tiene. En la primera escena los protagonistas salen secos después de un buen rato en el agua; a excepción de un par o tres de veces, las calles de Madrid están desiertas (aunque en esos tiempos la ciudad era muy bulliciosa); los papeles de Elena Anaya y Blanca Portillo son de opereta y así, acumulando fallos y fallos, hasta dos horas y veinte minutos. Es, sin duda, la película más pesada que he visto en los últimos años.

Me ha hecho gracia leer alguna crítica donde la puntuan con un diez; una valoración que no se merece ninguna película de la historia porque, en el cine, la perfección és imposible. Y, desde luego, Alatriste sólo pasará a la historia por ser la película más cara del cine español. 'Princesas', 'La suerte dormina', 'La faqueza del Bolchevique' o 'Obaba', por citar cuatro ejemplos, le dan mil vueltas.