dijous, d’octubre 11, 2007
Paranoia 68: Dedos en la boca
Jimmy hacía tiempo que no soñaba; como mínimo cuando estaba dormido. Dicen que despiertos soñamos todos. Los ‘expertos en almohadas’ aseguran que cada noche soñamos, lo que pasa es que, al despertarnos, la mayoría de días ni nos acordamos. Supongo que a veces es mejor así. Como mínimo, si los sueños son como el de Jimmy, escalofriante en todos los sentidos. Desde que me lo explicó no logro sacármelo de la cabeza, por su extrañez y surrealismo.
Estaba en un país desconocido. En una guerra desconocida. Nada le sonaba familiar. Con él viajaba otra persona, también desconocida y, por lo que recuerda, más frágil que él. Los malos los apresaban (porque supongo que los buenos eran ellos... o no) y los interrogaban sin piedad. El compañero de Jimmy fue presa fácil. Cantó más que Isabel Pantoja, cuando podía dedicarse a ello, está claro. Lo suyo fue una copla sin final. Era culpable de todo, del asesinato de Kennedy, del efecto invernadero y de que hubiera dedos pequeños de los pies curvados y superpuestos. Era malo malísimo. El peor.
Su compañero de viaje asumió tantas culpas que no dejó nada para él. Jimmy quería asumir la autoría de algo realmente horrible, pero no quedaba nada. Aunque, bien pensado, tampoco le hubiera gustado la idea de ‘tragarse’ algo con lo que no tenía nada que ver. Por un motivo u otro decidió callar... ¡y así le fue! Su interlocutor era una fiera. No le cortó ningún dedo para que hablara (típico en mi amado cine coreano), tampoco le propinó descargas eléctricas (habitual en las películas guerra), hizo algo todavía peor: ¡Le metió sus asquerosos dedos en la boca!
Aquel hombretón con atuendo militar quería que hablara a cualquier precio. Empezó metiéndole un dedo en la boca, después dos, para acabar con la mano entera. Era asqueroso, sobretodo porque antes de introducir cada dedo en su boca lo chupaba perversamente. ¿Cómo quería que hablara si tenía la boca llena de dedos? ¡No habría podido aunque quisiera! ¿Sabía que Jimmy se ganaba la vida hablando? ¡Necesitaba poder hablar! Y por si fuera poco, él era tremendamente escrupuloso. Nunca bebía del vaso de nadie. Nunca mordería nada que alguien hubiera probado antes...
¿El sueño tiene que ver con su escrupulosidad? ¿Tenía que ver con su profesión? Sea como sea no habló y escapó, aunque no sabía hacia donde iba. De lo único que se acuerda es que corría en dirección contraria, justo al revés de la gente con la que se encontraba. Pasaba inadvertido, al lado de su compañero, que no entendía nada. A él hablar no le había servido de mucho. A Jimmy le había beneficiado. Y es que muchas veces, sobran las palabras. Todo iría mucho mejor si escucháramos un poco más, si todos intentáramos comprender a los demás en vez de ‘promocionar’ nuestras batallitas.
Ring, Ring!!! Vuelven a ser las cinco de la mañana. Me voy a trabajar. Espero poder hablar con normalidad... y que nadie me ponga los dedos en la boca. ¿A Jimmy? No, no, ahora estoy hablando de mí. Y cuidado, ¡Que muerdo!
Nuestra sensibilidad está diseminada por nuestro cuerpo de forma muy desigual, nuestra espalda y nuestra boca están a una distancia de años luz en el trabajo de percibir... en la boca todo es sentir, de ahí la sensación bestial. Y es que nosotros queremos llamar la atención pero no de los "dedos" sino de algo más agradable... callando podríamos darnos a conocer en los momentos propicios, pero no está en nuestra naturaleza dejar de darnos importancia, de ahí nuestro encuentro inexorable con los "dedos"
ResponEliminaSaludos!
Cuando vi la foto me emocione! Punta del Este!!! me dije...
ResponEliminasobre el post no puedo decir mucho, solamente que me gusta como esta escrito...
Eso, sabías donde está esa mano?
ResponEliminano voy a ser yo quien te ponga los dedos en la boca...
ResponEliminasaludos
Hay mucha chicha en este sueño...
ResponEliminalos dedos que todo lo tocan, las sesaciones que podemos tener con la boca...
La foto es entrañable
Un salduo Jordicine
Pdta: Creo que la chica no era rica de verdad....
Besote
Hubo un tiempo que escribía en una libreta al levantarme los sueños que, como tú dices, recordaba. Más que nada para ahorrarme en psicoanálisis si llegaba el caso, je.
ResponEliminaAhora lo leo, y alucino, porque al tenerlo reciente, recordaba todos los detalles, y es muy curioso...
Ahora intento controlar mis sueños (se puede hasta cierto punto), cuando estoy a punto de dormir, en esa fase en la que aparecen imágenes inconexas, hay que concentrarse en la idea de lo que se quiere soñar.
Con práctica está chachi! (Te lo digo por si no quieres seguir soñando estas cosas...)
Besos!! ;)
Todos tenemos sueños muy raros de vez en cuando, pero hasta es gracioso, porque te das cuenta de lo compleja que es la mente y la de historias que puede crear, dejándonos a cuadros!!
ResponEliminaSí que es cierto que determinados elementos en un sueño, tienen su significado... A mí siempre me ha intrigado mucho eso... Y como Sunny, cuando he tenido algún sueño que se saliera un poco de lo "normal", he corrido a apuntármelo para después, con calma... intentar descubrir porqué apareció esa noche...
Hay webs en los que le dan significado a dichos elementos que aparecen como foco en el sueño...
* Sunny... esa técnica de controlar tus propios sueños... cómo llegaste a hacerlo?? Es decir... lo leíste en alguna parte, o se te ocurrió a tí?? A mí no me importa soñar cosas raritas, me resulta hasta divertido... es como pasar un día de excursión en un lugar lejano y extraño... :P
No sé que decir Carmen. Cada vez que escribes me dejas anonadado. Es verdad que mi espalda es mi punto débil, para lo bueno y para lo malo. Y la boca la necesito para trabajar. Es mi instrumento más preciado.
ResponEliminaHola de nuevo, Charruita. No sé de donde es la foto. La encontré en Internet y la colgué. Es muy bonita y pensé que tenía que ver con el sueño. Y gracias por el piropo Hasta la próxima.
Eugenia, ¡Qué tal! No tengo ni idea de donde está la mano ni de quien era. Si la vuelvo a ver, me pongo en contacto contigo. Ja ja ja. Un saludo.
Gracias Little John y bienvenido al blog. No muerdo, de verdad... Pero me pareció una manera simpática de acabar el post.
Hola, Sylvergalaxy. Si que tiene chicha, estoy de acuerdo. A ver si voy sacando conclusiones. Después pensé que el día antes, en clase de yoga, una mujer explicó que le habían intervenido varias veces la boca. No sé. Un besote también para tí.
Que no lo soñé yo. Que fue Jimmy, Sunshine. Ja ja ja. A ver, prefiero no soñar... pero si lo hago tengo temas para el blog, que tampoco está mal. Probaré con tu consejo. Besos.
Estoy de acuerdo contigo, somo siempre, Noemí. Los sueños son un viaje a no sé donde. Con éste lo pasé mal, pero me ha servido para reflexionar. Quedarte a cuadros, buena expresión. Saludillos.
la mano esta en Punta del Este, Uruguay.... perdon por desviarme del tema del relato, que era bello demás.
ResponEliminaGracias, Eugenia. Charruita tenía razón. Cada día se aprende algo. Saludos!
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