dilluns, de novembre 12, 2007
Paranoia 68: Llamadme escrupuloso, si acaso
Disfruto comiendo y, salvo contadas excepciones, me gusta casi todo. Lo que no soporto es ‘compartir’ alimentos y, sobretodo, ver cómo los tocan algunas personas. Cuando iba al colegio (porque yo algún día también fui pequeño) no soportaba que mordisquearan mis bocadillos o helados. De vez en cuando llegaba el típico jeta (que siempre eran los mismos) y entablábamos una conversación similar a ésta:
-¿De qué es el bocata?
-De jamon...
-Es que hace una buena pinta. ¿Le doy un mordisco, eh?
(El problema es que antes que pudiera contestar ya tenía llena la boca)
-Toma, toma, acábatelo. Hoy no tengo hambre...-¡Gracias! Mira que llegas a ser buen tío.
Llamadme escrupuloso, si acaso. Todavía más si me comparais con uno de mis mejores amigos de esa época, que se lo comía TODO. ‘Lo que no mata engorda’, decía. Y la verdad es que lo aplicaba al pie de la letra. Un día pidió quicos a un compañero, que le conocía tan bien como yo. Y éste hizo la prueba. Tiró los quicos al suelo y después los pisó. Ningún problema, cogió los trozitos y se los comió sin ningún problema. Comer chicles masticados antes por otros o devorar bocatas sin amo, encontrados en cualquier lugar, eran otras de sus ‘habilidades’. Mide 1’90 y es el rey del márketing. Tenía razón: ‘Lo que no mata engorda’.. y hacer crecer y ser inteligente, añadiría yo.
Ahora ya soy mayor y sigo sin compartir nada, ni los vasos. Si lo puedo evitar, no beberé del mismo vaso que ha bebido otra persona: prefiero quedarme con mis microbios, no quiero cedérselos a nadie. Ni que me regalen los suyos, está claro. Pero todas estas cosillas sólo pueden cuidarse en casa, nunca en los restaurantes. A mí me encanta ir a comer fuera, pero prefiero no ver las cocinas ni lo que hacen los camareros. Sé que en algunos sitios está de moda, pasen, TODO A LA VISTA, pero yo cuando escribo también quiero intimidad. Me pondría nervioso tener alguien detrás mirando si soy zurdo o diestro (soy zurdo) o si aprieto más o menos el teclado.
El 'no va a más' lo ví en un restaurante. Yo estaba en el lavabo. El camarero entró detrás mío. Y después de hacer sus necesidades se fue al salón sin lavarse las manos. Por suerte no me sirvió a mí, pero vaya. Esto de lavarse las manos también tiene su gracia. Mucha gente no tiene costumbre de hacerlo (fijaros), pero cambia de idea ‘ipso facto’ si ve que tiene alguien cerca. Aunque sea abrir el grifo, mojarse las puntas de los dedos y secarse las manos en el pantalón... no sea que después se diga que es un guarro. Pues lo siento, pero lo eres... majo. Y digo majo porque no tengo acceso a los lavabos de mujeres... por desgracia. Ja ja ja.
Lamadme escrupuloso, si acaso.
Tanto que insistes pues te lo llamo, ESCRUPULOSO.
ResponEliminaYo en cuestion camareros etc.. no era muy escrupuloso pero desde hace unos meses cuando empezo el modulo con tanta biologia y tanta enfermedad ya me lavo siempre, tanto antes como despues de mear, lo q sea.... es desesperante pensar en que todo sta en plan bestia lleno de microbios
quan tenia 18 anys, vaig treballar uns mesos en un restaurant com a rentaplats.
ResponEliminaEl cambrer era un tio realment porc. Preparava amanides mentre fumava, recollia menjar del terra i el posava als plats i el summum va arribar quan se li va trencar un got prop d'un bol de bexamel. hi van caure a dins molts vidrets. El tio hi va posar la mà per treure'ls però no se'n va sortir...i la va servir després als clients!!
un d'ells va queixar-se per haver trobat un vidre..jo em moria de vergonya!!!
en fi, més val no pensar-hi..
Ahora que lo has visto de cerca empiezas a sufrir, Eh, Piña? Ja ja ja. Los microbios nos persiguen!!!
ResponEliminaEspero no haver-hi dinat mai!!! Aquest restaurant era pitjor que la cuina de Ratatouille!!! Més val no pernsar-hi; és veritat.
Jo no m'havia queixat mai dels cambrers fins que a un Subway de Toronto vaig veure com un desgraciat fotia els bocates. Entre la desgana i algunes actituds "poc higièniques" vaig pirar d'allà sense menjar... ni pagar, evidentment.
ResponEliminaOjos que no ven .... i todo pa' dentro!
ResponEliminaYo odio sentarme a comer y que me pidan de mi plato!!! ni a quienes han sido mi pareja me gusta compartirles de mi comida, prefiero darle mi plato y quedarme sin comer. Mi comida es mia! no comparto nada de mi plato.
ResponEliminaAsi que te entiendo.
Ben fet, Ury. Ets un mite!!! Sense pagar, que guai...
ResponEliminaSi no ho veus, d'acord, Maribel... en cas contrari, todo pa fuera... i sense pagar!!!, com diu l'Ury.
Estoy de acuerdo, Charruita, lo del plato no se comparte con nadie!!! Un saludo.
bé, quan era jovenet jo també vaig marxar de molts llocs sense pagar...i no perquè no m'agradés el que havia menjat o begut!
ResponEliminaquinqui, que era un quinqui!
Carai. Jo no ho he fet mai, però més d'un cop i de dos m'he quedat amb les ganes. Salut!
ResponEliminaEscrupuloso!!!
ResponEliminaYo no tengo manías de ese tipo... Con lo bonito que es compartir la comida... o lo que sea!!! :P
Mejor, Noemí. A mí que me pongan la mano en el plato (o el tenedor) no me gusta mucho. Por una vez no estoy de acuerdo contigo. Ja ja ja.
ResponEliminaUna pregunta: usted, ¿puede participar en fondues? De queso o chocolate, digo.
ResponEliminaJa ja ja. Buena pregunta. Sí, claro. Nunca te comes lo que sacas de la fondues directamente. Te lo pones en el plato y, de allí, a la boca. Me encantan las fondues Ury.
ResponEliminaJo, yo nunca había sido escrupulosa hasta que en un plato me sirvieron ensalada con cadáver de cucaracha! jajaaja. Fue traumático para mí...
ResponEliminaEl caso es que yo soy capaz de compartir comida, pero soy muy escrupulosa en la mesa. No quiero parecer una pija, pero me obsesiona la forma que tiene la gente de comer. Ejemplos? La gula, comer rápido, llenarse mucho la boca, ensuciar los manteles, maltratar las servilletas, hablar con la boca llena... jajajaja, tú escrupuloso... y yo maniática!!!! En la mesa hay que comportarse! Tanto en la preparación de la comida, como en el mientras se come, como en la sobremesa!
Exacto, Yèssica. Hay que comportarse antes, durante y después. Y no maltratar las servilletas, especialmente si son rojas y bordadas. Ja ja ja. Escrupuloso para maniática. Un saludo.
ResponEliminaJeje, me he reído mucho con el post, me has recordado a Joey, un personaje de la serie Friends, que tampoco compartía la comida de su plato, jijiji.
ResponEliminaYo, antes sí era un poco escrupulosa, pero desde que trabajo con niños...nada de nada (a la fuerza ahorcan, que dicen en mi pueblo)
Besitos!! :)
Eso es verdad, Sunshine. Estás un poquito exagerado, porque ahora con mi nene ha cambiado todo. Pero donde hay queda, creo que dice, Hasta la próxima. Lo del amigo es verdad de la verdadera. Besos.
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