Cosas: Rodeado de sirenas

No soy piscis. No soy acuario... pero me encanta ‘vivir’ en el agua. Adoro el
mar y voy a la piscina dos veces por semana. Nadar me relaja. Mientras cuento las piscinas que hago, no pienso en nada más. Hace unos días tuve una gran experiencia, combinando uno de mis hobbies con el trabajo. Fui al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, donde se entrenan los mejores deportistas de España, con la sección de natación sincronizada a la cabeza.

La piscina exterior del CAR es espectacular. Olímpica, como la del Club Natació Granollers, aunque nosotros sólo podemos nadar en ella en verano. Para poder usar el calificativo de ‘olímpica’ la piscina tiene que medir 50 metros de largo. En Sant Cugat la utilizan todo el año. Está climatizada, con una temperatura media de 28 grados. El día era claro y los rayos de sol se reflejaban en el agua, impertérrita, todavía sin nadadoras que la movieran. Para completar esta imagen bucólica, del agua salían pequeñas columnas de humo, provocando una suave y curiosa niebla. Seguro que las calderas para calentar el agua se habían encendido hacía poco tiempo, porque el humo no tardó en desaparecer como por arte de magia.

¿Qué hacia yo allí? Pues retransmitir, en directo, un entrenamiento de la selección española de natación sincronizada, dirigida por Anna Tarrés. Este año hay Europeo, Preolímpico y Juegos. En una primera conexión enseñamos, en rigurosa exclusiva, el ejercicio de dúo que están trabajando Andrea Fuentes y la gran Gemma Mengual. Gemma es la mejor nadadora española de todos los tiempos, pero, a sus 30 años, sigue siendo la misma de siempre; simpática y encantadora. Fuentes, que ha relevado a Paola Tirado, alucina con el hecho de nadar al lado de un mito como Mengual. Sólo tiene 23 años y muchas ganas de aprender. El cambio de Fuentes por Tirado es polémico, pero Tarrés sabrá porqué lo ha hecho.

A Mengual y a Fuentes las entrevisté a pie de la piscina, justo al salir de la piscina y ponerse el albornoz. El agua estaba a 28 grados, pero la temperatura exterior era mucho más baja. Las dos estuvieron geniales. En una segunda conexión, la selección española hizo un ejercicio de grupo, deleitando a los espectadores y a las espectadoras de nuestro programa. Fue una verdadera delicia. Me faltó poco para dejar el micro en el suelo, ponerme el bañador y meterme en el agua con ellas. Sí, me hubiera encantado. Una mañana difícil de olvidar, sin duda.