Marea de imágenes y letras transparentes

Mi primera semana en Palamós (Baix Empordà – Costa Brava) ha sido muy productiva aunque, bien pensado, … ¡No he producido nada! Eso sí: entre baño y baño en aguas transparentes he tenido tiempo para ver cinco películas y leer dos libros. El mes de agosto, en el casi no se estrena ni se publica nada interesante, siempre me sirve para ponerme al día.

Como que estoy de vacaciones intentaré que los comentarios no sean demasiado largos. Cuatro frases y, como me dijo un día Julio Anguita, “a otra cosa mariposa”. No quiero que se me acumulen las pelis. Allá voy.

Antes que el diablo sepa que has muerto (2007). Imprescindible. Dirigida por el veterano Sidney Lumet (84 años), con Philip Seymour Hoffman, Ethan Hawke y una guapísima Marisa Tomei en los papeles principales. Historia de perdedores en la que dos hermanos planean atracar una joyería. Para algunos, el dinero está por encima de todo. El montaje de la película es espectacular.

La guerra de Charlie Wilson (2007). También con Seymour Hoffman, que es uno de mis actores preferidos. Aquí hace de ‘intermediario’ de un congresista norteamericano que apoya económicamente a Afganistán para que derroten a las tropas soviéticas. Es el final de la Guerra Fría. Junto a él, Tom Hanks (el congresista) y Julia Roberts, una influyente mujer de negocios.

La torre de Suso (2007). Grata sorpresa. La mejor película española de los últimos meses. Cuatro amigos, con Javier Cámara a la cabeza, se reencuentran para ir al entierro de un amigo común. Sencilla, humana, eficaz y con sentido del humor. Brutal la escena en la que el personaje de Cámara (‘Cundo’) vuelve a casa de sus padres y desempolva una camiseta de ‘Leño’.

Los falsificadores (2007). Pequeña obra de arte. Alemana, como no, con colaboración austríaca. Oscar a la Mejor Película Extranjera. Nos explica como los nazis crean un departamento de falsificación de dinero, íntegramente formado por presos judíos, en un campo de concentración. Su objetivo era hundir las economías de los aliados. Basada en hechos reales.

Wall-e (2008). La últina apuesta de Disney y Pixar. Se nos presenta como una película infantil, pero no lo es tanto. Tiene un mensaje claro: entre todos nos estamos cargando la tierra. Los humanos viven en el espacio, desde hace 700 años, sin preocuparse absolutamente de nada. Ya ni se acuerdan de dónde viene ni, por supuesto, hacia dónde van. Real como la vida misma.

Pelos como escarpias

El verano pasado estuve en Amsterdam y visité la casa de Anna Frank. Allí compré su diario, publicado por primera vez al completo y en catalán. Pone los pelos de punta. Lo estoy devorando en la playa.

Esta semana han caído dos libros más: ‘El niño con el pijama de rayas’ y ‘Tor: Trece casas y tres muertos’. El de John Boyne me ha gustado, pero me ha parecido demasiado ‘básico’. Intenta explicar el nazismo desde los ojos de un niño de 9 años. Entiendo que lo recomienden en las escuelas, pero para una persona ‘mayor’ quizás (y digo quizás) se queda corto. El mensaje es evidente, aunque algunos no lo entenderán nunca: todos somos iguales.

‘Tor’ es alucinante. Está escrito por un compañero de TV3, Carles Porta (al que no conozco personalmente) y cuenta la historia de este pueblo cercano a Andorra. Intereses, contrabando, orgullo, fuerza… Extraños asesinatos y sentencias que mantienen viva la crispación. Todo por tener el poder de una montaña ‘estratégica’. Antes del libro se hizo un reportaje de 41 minutos, que emitió la televisión autonómica catalana.

Besos a todas y a todos. Hasta pronto.