'Relats conjunts': Las tres velas

Desde lo alto del castillo vi las tres velas oteando el horizonte. Tres velas de un blanco inmacu-lado, hinchadas por un viento impropio del mes de mayo. Tres velas que parecían una sola, próximas y cercanas, sincronizadas... en fila india. A medida que avanzaban por esas aguas bravas dejaban de ser unidades sueltas para transformarse en un “todo” único y perpendicular. ¿Cuál era su destino? ¿Quiénes eran las mujeres que deambulaban, con mirada triste, por la orilla de la playa?

Cuenta la leyenda que los portadores de las tres velas blancas buscaban buenos augurios, un futuro mejor en el que refugiarse. Cansados de tanto revuelo, de ser vilipendiados por propios y extraños, de fracasar en todas y cada una de sus iniciativas mundanas, los hombres decidieron desafiar la cotidianedad de su tierra natal para poner rumbo a lo desconocido. Dejar a las mujeres en tierra, con los hijos en brazos y los cestos vacíos, fue un peaje tan duro como necesario.

Pasaron los días, las semanas, los meses y los años... las mujeres envejecieron, los niños crecieron y los panes y los peces siguieron sin multiplicarse para ellos. Nunca volvieron a tener noticias de las tres velas blancas. A veces no hay suficiente con sobrevivir, aunque en el intento de mejorar lo inmejorable nos dejemos la vida en ello. Tres velas blancas que dormirán en el fondo del oscuro mar hasta el final de los tiempos.

El texto nace de otra propuesta de 'RELATS CONJUNTS'. Este mes, el blog ha publicado una foto del cuadro 'LAS TRES VELAS' (1903), de Joaquin Sorolla, a partir del que hay que escribir un relato.

Buena semana a todas y a todos.