Indira (Santiago Díaz)

Santiago Díaz (Madrid, 1971) lo ha vuelto a hacer. "Indira" es igual o incluso más adictivo que los dos anteriores libros de la serie, "El buen padre" y "Las otras niñas". Está publicado por Reservoir Books -410 páginas- y sale a la venta hoy jueves. Lo he leído en poco más de 24 horas. Es muy visual (el autor es guionista de cine y televisión) y tiene un ritmo endiablado. Hay muchos frentes abiertos, que acaban convergiendo en un apoteósico final.

Del argumento no voy a explicar nada que no esté en la contraportada. Hay que ir descubriendo las cosas paso a paso para poder digerirlas convenientemente. El personaje de la inspectora Indira Ramos me sigue entusiasmando. Arrastra un trastorno obsesivo-compulsivo desde que cayó en una fosa séptica. Esta vez, con la que se le viene encima, su fobia a los microbios se convierte en un mal menor. Junto al inspector Iván Moreno -continúa su historia de amor y odio- tendrá que enfrentarse a algo de índole personal que puede acabar con su cordura para siempre. Pero más allá de esta búsqueda a contrarreloj, los policías investigan el hallazgo de varios cadáveres en un solar en construcción. Habrá que indagar su pasado para saber si se conocían entre ellos...

Entre los personajes 'secundarios' aparece con mucha fuerza Jotadé, un oficial gitano de métodos poco ortodoxos pero muy efectivos. Le veo un largo recorrido. Poco después de entrar en el equipo de Indira se da cuenta de que su compañera Lucía Navarro no es trigo limpio. Sin hacer demasiado ruido, intentará saber qué es aquello que esconde y que no le deja vivir. De hecho, él también tiene varios muertos en el armario. El futuro presidente de gobierno y la actriz que ya ha vivido sus mejores días -que coinciden en una de las tramas secundarias- también están muy bien dibujados. Santiago Díaz es el nuevo mago de la novela negra. Como dice Mikel Santiago en la portada de Indira, "escribe a navajazos. Espectacular. Imprescindible para los fans del noir". Pues eso. Ya desde "Talión", añadiría yo!

"Cuando en mitad de una boda las puertas de la iglesia se abren de par en par, la gente sabe que solo puede ser alguien con ganas de hacerlo saltar todo por los aires. Si tienen algo que ocultar, los novios suelen temerse lo peor, y la inspectora Indira Ramos fue de las que aguantó la respiración con los ojos cerrados mientras el novio, los testigos, el cura y los invitados se giraban sobresaltados. Aunque tenía claro que quería a Alejandro Rivero, en el fondo deseaba ver aparecer al inspector Iván Moreno, de quien, por mucho que intentase ocultárselo tanto a los demás como a sí misma, seguía enamorada...".

@Jordi_Sanuy