dimarts, de febrer 05, 2008
Cosas: Solidaridad máxima
Había una vez una mujer que pesaba 150 kilos. Casi no podía moverse. Tenía mil motivos para estar deprimida, pero amaba la vida como nadie y quería creer que, antes o después, saldría hacia adelante. Quizás estaba equivocada, pero el sentido común le decía que su obesidad mórbida tenía solución. Como en los chistes de Jaimito, un día los médicos le dieron una buena notícia y otra mala. ¿La buena? Pues que estaba en lo cierto. Podían poner fin a su problema y lograr que volviera a hacer una vida más o menos ‘normal’. ¿La mala? La apuntaban en una larga lista de personas con su mismo problema y no podrían atenderla hasta dentro de dos largos años.
María tiene dos hijas pequeñas y un marido enfermo. Hasta hace unos meses, siempre se había valido por ella misma, sin la ayuda de nadie. En sus mejores días andando; en los peores en silla de ruedas. Pero María ya no tiene fuerza ni para moverla. Su marido se ve incapaz de ayudarla: 150 kilos son demasiados. Actualmente, quien se ocupa de mover la silla es su hija mayor, que a lo más tendrá siete u ocho años. María está preocupada por los problemas que este ‘trabajo’ pueda acarrear en la espalda de Marta, que está en fase de crecimiento. María está dispuesta a esperar dos años para que le operen, pero pide a las autoridades que le dejen una silla de ruedas eléctrica. Ella no puede costearse este ‘lujo’. Es la única manera de no quedarse encerrada eternamente en casa.
Había una vez un hombre que era tetraplégico. Vivía tumbado en una cama. Tenía mil motivos para estar deprimido, pero amaba la vida como nadie. Sabía que nunca más podría volver a moverse, pero el optimismo no le había abandonado. Se conformaba en pasarse medio día tumbado y el otro medio con la cabeza levantada. De esta manera, podía ver la tele, que, casi por obligación, se había transformado en una de sus grandes pasiones. Antes de quedar postrado en una cama, Juan se desplazaba en una silla de ruedas... ¡ELÉCTRICA!. El otro día se enteró que María pedía una desesperadamente y él no dudó ni un momento en darle la suya. Por desgracia, hacia un par de años que ya no podía utilizarla.
Desde ayer, María es una mujer un poco más feliz. Puede moverse sin la ayuda de su hija mayor y podrá hacer una vida más o menos ‘normal’ mientras espera que la operen. Desde ayer, Juan es un hombre un poco más feliz. Gracias a su solidaridad máxima, María vuelve a moverse como hace no demasiado tiempo se movía él. ¿Hay algo más bonito que un detalle como éste?
*Esta historia, aunque ‘novelada', es real. Ayer el programa de televisión en el que trabajo puso en contacto a María y a Juan y se dieron las gracias en antena. Podía haber dejado los nombres verdaderos de ambos, pero he preferido cambiarlos. A más de uno se nos escapó alguna lágrima. Y es que algo tan ‘pequeño’ como una silla de ruedas eléctrica puede cambiar muchas vidas.
La televisió també pot coses bones, a vegades.
ResponEliminaEl objeto es pequeño, pero el detalle es enorme.
ResponEliminaUn besito.
"A más de uno se nos ha salido una lágrima" y se nos ha llenado el corazón de alegría.
ResponEliminaExcelente post para iniciar la semana. ¡Gracias!
Besitos de sol.
Pues mira, me ha gustado!
ResponEliminaY yo veo cada día a gente así, a gente que ama la vida por encima de todo, aunque tarden dos años en ser atendidos, lo hacemos con el mas y mejor amor que sepamos...en serio...
Me emocionaste, que jodío!
Besos
ME RETROTRAJO A MAR ADENTRO Y A ESA ETERNIDAD DESDE LA QUIETUD DE RAMON SAMPEDRO. NO ENTENDI TODO SU COMMENT :(
ResponEliminaResulta maravilloso que la gente que recibe amarguras pueda dar alegría... eso me devuelve la buena opinión sobre el ser humano... y seguro que la persona que ha dado la silla eléctrica se está sintiendo ahora mismo feliz a pesar de su desgracia...
ResponEliminaSi yo necesitara algo preferiría mil veces que me la diera una persona debido a que ya no lo necesita y sabe que yo sí... a que me la donara una marca comercial para apuntarse el tanto... es cómo si vosotros como programa le hubierais dado la silla... mejor será poner en contacto a las personas que se pueden ayudar entre ellas ¿no?
Un beso Jordi :)
Jopetas, qué historia tan conmovedora!!! Sniffff... yo también soy muy sentimental... si lo vivo en directo como tú... fijo que lloro a moco tendido...
ResponEliminaMuaaa!!!
Bonito Jordi, yo se puede decir que soy del genero XXL, pero lo bueno de eso es vivir el dia a dia tal cual ha sido elegida tu vida, con decisiones correctas o incorrectas lo que prevalce es la persona, y ya seaan los protas de tu post o nosotros mismo, el valor de una vida va mas alla de si es gorda, flaca, paraplejica o la mas rapida del mundo.
ResponEliminaSe lee un doble fondo muy bonito en la misma.
felicidades jordi
Eres grande Jordi! La historia es preciosa y que la guardes y la compartas te hace especial.
ResponEliminaAqui me quedo, moqueando como una niña jajaja
Besos desde mi alma.
Clar que sí, NÚRIA.
ResponEliminaEnorme, es el adjetivo exacto, EVINCHI. Un besito.
Gracias a tí, MOND. Besitos de sol? A ver, a ver. Calientes y claros?
Este 'jodío' te ha salido del corazón, BELÉN. Ja ja ja. Hay que dar amor... aunque sea después de una larga espera. Un beso.
Dígame lo que no entendió, ROCHIES. Y se lo explico. A mí la escena también me recordó 'Mar Adentro'. Estoy de acuerdo.
Ese fue el objetivo, CARMEN. Que estas dos grandes personas se ayudaran entre ellas. Nosoros sólo fuimos testimonios de la acción.
Fue difícil contenerse, NOEMÍ; pero yo entraba en directo justo al acabar ese tema. Era el siguiente!!! Así que, a mentalizarse, y adelante.
Gracias por las felicitaciones, PIÑA... pero yo sólo cuento la historia; muy bonita y humana. Un saludo, compadre.
Moqueando como una niña? Buena definición, Lírio. Y muchos besos también para tí.
Historias como estas, como otras muchas que te toca vivir, demuestran más cosas que la simple anécdota. Demuestran que la condición humana tiene a veces algo bueno. Y siempre va bien que haya algo que te haga recuperar un poquito de fe.
ResponEliminatant de bo puguen operar-la aviat, i que tot vaja molt bé i no necessite la cadira de rodes ni res. Mentrestant, un aplaudiment per l'home generós. I gràcies per explicar-nos la història.
ResponEliminaMuy bonita la historia, hay muchas personas con problemas como el de María. Te cuento uno de aquí Colombia? Un señor vivía en un barrio de loma, esos barrios que se costruyen en la montaña y quedan empinados. Pues el vivia en una de las casas de arriba. Su esposa no puede caminar, y para salir a trabajar ambos, el la cargaba y baja la escalera que cubria la loma, imagínate desde donde vivian hasat bien abajo dia y noche él la cargaba para subir y bajar. Ésta historia también fué televisada y a los tres dias un señor que quizo quedar en anonimato les regalo una casa para que no siguieran sufriendo. Bueno Saludos desde Colombia, agradezco a todos los que apoyaron la marcha y la siguieron fisicamnete o de corazon.
ResponEliminaa veces pienso que soy muy egoista por no estar conforme con mi vida,sinceramente recapacito enseguido, pero me doy cuenta que la gente nos complicamos la vida en exceso, no disfrutamos de la sencillez y de la suerte de encontrarme bien fisica y mentalmente, hasta que por alguna circunstancia dejamos de estarlo.
ResponEliminaJo, qué bonic! La verdad es que el optimismo y las ganas de vivir es algo que no se debería perder nunca. Difícil pensarlo a veces, pero bueno...hay que ponerle empeño! :)
ResponEliminaLa fe en la gente buena por encima de todo, SILVIQUI, claro que sí.
ResponEliminaGràcies a tu per llegir-la, NIMUE. I espero que d'aquí a ben poquet ens donis una bona notícia als teus seguidors. Ja saps quina.
Pues tu historia es durísima, JAHR, como no. Y me alegro que vuestra marcha fuera un éxito. Un saludo.
Es así. K-PAX. Nos complicamos mucho la vida y, a veces, es un poquito más fácil.
Mucho empeño, MILI. Hay que ser optimista... siempre.
No, no entendi eso de que esperaba que me equivocase aunque se temia que nop. Hablaba de lo que me dijo en mi home y no en la suya (el post de los 110)
ResponEliminaRe Mar Adentro.
Cuanta tristeza esa historia...
En este tipo de acciones, las personas revalorizan su condición de verdadero Ser Humano.
ResponEliminaPues dentro de un ratito me paso y te explico, ROCHIES. Gracias por el interés.
ResponEliminaEstoy de acuerdo contigo, NÚRIA. Hasta pronto.
Son cálidos y llenos de luz... como tú.
ResponElimina¡Te extraño!
Gracias por la aclaración, Mond. Besos muy bonitos, está claro.
ResponEliminaMuy conmovedor Jordi... estas historias nos hacen ver lo más profundo del ser humano.
ResponEliminaPues yo igual voy y seguro que la armo, pero creo que esta historia no tiene NADA que ver com Ramón Sampedro, sino todo lo contrario.
ResponEliminaJuan, el tetrapléjico de este espisodio, encuentra una manera de hacer feliz a los demás transmitiendo esperanza... que a su vez le acaba llenando a él mismo. Siempre podemos ser útiles, siempre podemos transmitir ilusión y, por supuesto, sentirla.
Y María, prisionera de sus limitaciones, descubre en alguien en una situación aún peor que la suya un chispazo de vitalidad, de esperanza, de luz en la oscuridad.
Ambos encuentran en una acción vital sosiego y autoestima. Y otra cosa: este ejemplo televisivo pone de manifiesto que si las autoridades o o los medios con capacidad para hacerlo coordinaran situaciones como las de los más desfavorecidos, otro gallo cantaría.
Pero no es rentable y sale más a cuenta dejar que crezca la desazón. Respeto la decisión individual de Ramón Sampedro, pero no puedo compartir jamás que se eleve a la categoría de ejemplo (lacerante para todos aquellos que de repente se encuentran en su misma situación).
Preferiré siempre a Juan.
Estoy de acuerdo, ENREDADO. Era la intención del post.
ResponEliminaSólo puedo darte la razón, URY. Si me recordó 'Mar Adentro' fue por la posición en la que se encontraba Juan en la entrevista. Pero, evidentamente, él tiene ganas de vivir y Ramón Sampedro ya las había perdido. Y está claro que, más allá del regalo, la actitud de Juan fue una motivación más para que María, que ve que le ayuda alguien que está peor que ella. Qué listo eres, amigo. Un abrazo.
Que hermoso lo que nos has dejado, ojalá hayan muchas historias así.Pero lo importante seria que la S. Social tuviera más premura en solucionar estos caso extremos
ResponEliminaGracias por visitarme.
Saludos
Conmovedora historia. Hay que reconocerlo. Hasta otra.
ResponEliminaEs verdad, ANA. La seguridad social tendría que implicarse más. Un beso.
ResponEliminaSí, es conmovedora BOMBERO. Tendría que haber más casos así.
Sempre hi ha persones altruïstes que dónem exemple a moltes institucions i la humanitat s'aguanta per ells. Per això val la pena ser-ho també perquè mai sabem què necessitarem i a qui!
ResponEliminaFelicitats pel post!
L'altruïsme és una gran virtud, Joana. I sí, les institucions haurien de prendre nota d'accions com aquestes. Un petó.
ResponEliminaYo creo que esta historia la he visto en televisión antes, sí, creo que sí.
ResponEliminaQue bonito =) Pobre María, la verdad que hay alguna gente que no tiene nada de suerte, la vida es injusta. Pero mira, ahí le ha ido un pequeño rayito de esperanza :)
Claro que sí, Carola. Te aseguro que esta historia es nueva. El programa fue a buscar la silla a Tarragona y se la entregó a María este mismo lunes. Quizás vistes una parecida. Gracias por pasarte por aquí. ¿Qué tal los exámenes? Un beso.
ResponEliminaMe alegra el final de la historia,pero si me permites Jordi quiero hacer una reflexion,vivimos en una sociedad que lo que no sale en TV no existe y esto es triste,historias de este tipo tenemos a nuestro lado y no las vemos a veces,ahora me estoy acordando de Rafalito el vendedor de cupones ¿le conoces?,podias echarle una mano como periodista.Perdona la extension y un saludo
ResponEliminaExplícame más cosas sobre 'Rafalito'. Creo que no le conozco. Y sí, muchas veces lo que no sale en televisión, no existe. Empezando por mi mismo. Ja ja ja. Y no hay problema por los comentarios largos... En la red no hay límites.
ResponEliminaLo tienes que haber visto por Granollers,va en silla de ruedas y de vez en cuendo toca una vocina que lleva en la silla en la cual esta desde al menos hace 20 años,antes tenia problemas en las piernas y no paraba pero desde que lo atropello un coche se dedica a la venta del cupon de minusvalidos,vive en Canovelles y recorre con la fuerza de sus manos un monton de km diarios,hay un problema familiar incluido pero te puedo garantizar que nunca le he visto triste,tiene 54 años y todo el mundo lo conoce,no es extraño que siempre tenga voluntarios para empujar la silla durante un rato,verlo y pensar que tus problemas son minimos es una inyeccion de moral cuando parece que lo tuyo es lo mas importante,realmente es un ejemplo de lucha por sobrevivir y por lo que creo sin muchas ayudas oficiales,en su dia me dijo que la generalitat le denego una silla electrica,ahora no se muy bien como esta el tema por las malditas prisas pero cuando oigo una voz que dice "Paquito"siempre recibo una sonrisa al volverme
ResponEliminaEs verdad, ahora sé quien es. Contaré su caso a los del programa. A ver si pueden hacer algo por él. Muy buena idea, Paco. Buen fin de semana.
ResponEliminaestas historias me llegan profundamente...
ResponEliminano sé si sabes que tengo un hijo de 15 años paralitico cerebral...y que como la mujer de tu historia...se desplaza co silla de ruedas electrica...
el sabado nos la robaron de la puerta ed casa...
la tarde fue terrible....buscandola con la policia....escudriñando cada recoveco de los alrededores...
una silla de ruedas vale casi 3000 euros...osea....yo no podria comprarle otra y hasta dentro dedos años la administracion publica no me daria otra....
un horror pensar que mi hijo se veria dos años limitado ...
nadie imagina cuanto puede suponer una silla de ruedas para quein lo necesita...
yo si lo sé...por eso te agradezco que muestres estas grandes realidades...tan desconocidas para la mayoria...
ah...al final la silla aparecio....jejjee..
menos mal...
casi hicimos fiesta¡¡¡
;-)
un besooooooo
No sabía lo de tu hijo, Fire. Entiendo que la historia que te he contado te haya llegado al corazón. Es lógico. Un beso y ánimos! Suerte que encontrasteis la silla.
ResponElimina