'La clase': La juventud que viene

“Cuando ven la película muchos dicen que estos chicos son geniales, pero que no son actores. Que si lo hacen tan bien es porque nos cuentan su vida. Y se equivocan completamente”. Son palabras de Laurent Cantet, director de ‘Entre les murs’ (2008), que en España se tituló (con bastante poco acierto) como ‘La clase’. Esta película ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes y representó a su país en los Oscars.

‘La clase’ es, sin duda, una de los grandes títulos de la temporada. Es inteligente y didáctica y destaca, sobre todo, la importancia del diálogo en el mundo de la educación. François Bégaudeau es una de las ‘piezas clave’ de este atractivo proyecto. Interpreta al profesor de francés de manera genial, pero es que además se encargó del guión, junto a Cantet. De hecho, Bégaudeau escribió la novela en la que se basa la película.

Nada está improvisado del todo, aunque pueda parecerlo. Cada escena está rodada un mínimo de diez veces y algunos personajes son completamente diferentes de los alumnos a los que interpretan. Es el caso de Souleymane, que en la película es maleducado y pasota. Según Cantet, en la vida real es un chico tímido, discreto y callado. Él y el resto de ‘actores’ salieron de un taller voluntario que duró todo un curso escolar.

La educación, a debate

‘La clase’ es una tremenda reflexión sobre las dificultades del mundo de la enseñanza, en este caso en una escuela del Distrito 20 de París, con una inmigración galopante. Son chicos y chicas de 14 y 15 años, como Khoumba, Nassim, Wey, Henriette... Chicos y chicas de un sinfín de nacionalidades, bastantes con pocas ganas de aprender y muchas de cuestionarlo todo. La acción pasa en París pero podríamos trasladarla a nuestras escuelas. Estoy convencido de que pocas cosas cambiarían.

François empieza el curso con buenas intenciones. Su margen de ‘maniobra’ es escaso. Los castigos no sirven de nada y las expulsiones (lo único con lo que reaccionan algunos) pueden ser traumáticas. Falla el sistema educativo y la manera de enseñar. Los alumnos, que juegan sus cartas, saben que pueden ningunear al profesor con impunidad. Por contra, pobre de aquél que, por muy acosado que se sienta, se atreva a encararse con un estudiante, atravesando la delgada línea entre lo permisible y lo ‘prohibido’.

Para mí, ‘La clase’ es un 8 sobre 10. Se me escapó en su día y la ví el domingo en el Cine Club de Granollers. Saldrá en DVD el próximo mes de octubre.

CLAUDE Y LUCAS

Descubrí a Agota Kristof con 'Ayer' y ahora he disfrutado con la trilogía ‘Claus y Lucas’, de 444 páginas. Es de lo mejor que he leído en tiempo. Esta escritora húngara, de 74 años, tiene un estilo directo, brutal y hasta desgarrador. La primera parte, el ‘El gran cuaderno’ (1987), es sensacional. En ella nos explica las vivencias de los gemelos Claus y Lucas, que tendrán unos diez años. Son listos, crueles, y se preparan para vivir una vida que saben que será muy dura para ellos.

La segunda parte, ‘La prueba’ (1990), cuenta la separación de Claus y Lucas, cuando ya agoniza la Segunda Guerra Mundial. Hasta ese momento lo habían hecho todo juntos. En ‘La tercera mentira’ (1991) Kristof construye una paranoica historia, llena de contradicciones, en la que es materialmente imposible lograr que una 'verdad' dure más de cinco páginas.

Agota Kristof logra que cada obra complemente a la anterior y, a la vez, la contradiga. Con la última, consigue sembrar el 'caos' entre sus lectores. Hace unos cuantos días que acabé la trilogía y sigo pensando mucho en ella. ‘Claus y Lucas’ es una obra de lectura fácil, sin grandes ornamentos, pero que invita a una reflexión constante. Muy recomendable.

Buena semana a todas y a todos.