Vivir a través de otro y sin salir de casa

¿Te gustaría que un sustituto lo hiciera todo por tí? ¿Te apetecería quedarte en casa y dirigir a tu doble desde un sillón? Iría a trabajar, a comprar... Vivirías tu vida a través de él. Pero cuidado: mientras le guiaras (que quede claro) no podrías hacer ninguna cosa más. ¿Qué ganarías con ello? Supuestamente, seguridad. Con tanto sustituto en la calle casi nadie sale de casa y, como consecuencia, los delitos se reducen un 99%.

Además, tu doble puede ser más guapo y elegante que tú. Incluso podrías tener varias personalidades. Es posible e incluso probable que un hombre bajito y feo se esconda detrás de una sustituto alto y guapo... ¡O sustituta! ¿Igual que lo que puede pasar en Internet? ¿Es una crítica a las tan famosas redes sociales? Todo esto viene a cuento de la película 'Los sustitutos' (Surrogates), dirigida por Jonathan Mostow ('Terminator 3', 2003).

La idea es buena, pero también incompleta. Se olvidan de contarnos si los niños tienen sustitutos -no sale ni uno- y la conspiración que sustenta la película, con un final previsible, es complicada. Del reparto me quedo con Bruce Willis, el Agente Greer. Está solo contra el mundo, como no. Willis vuelve a coincidir con Ving Rhames, después de su brutal enfrentamiento en 'Pulp Fiction' (1994). Aquí es el líder de la resistencia humana.

Completan los papeles principales Radha Mitchell ('Melinda y Melinda', 2003), que interpreta a la ayudante de Greer, y Rosamund Pike ('Orgullo y prejuicio', 2003), la mujer del policía. Para acabar me quedo con esta frase de la película: "No se trata de conectar con las máquinas sino con nosotros mismos". Para pasar el rato y reflexionar sobre el futuro de la tecnología. Quizás un 6.

'L'ELEGÀNCIA DE L'ERIÇÓ'

'L'elegància de l'eriçó' (en castellano 'La elegancia del erizo'), escrito por Muriel Barbery, recibió el premio de los libreros franceses en el año 2007. En su día este libro fue todo un boom, aunque yo no lo he podido leer hasta hace poco. Devoré sus 288 páginas en un solo día. Está publicado por Edicions 62. Las principales protagonistas de esta curiosa historia son Renée y Paloma, dos personas sensibles, cultas e inconformistas.

Renée tiene 54 años y es la portera de un bloque de pisos de París. Paloma, de 12 años, es la hija de un ministro que vive en el mismo edificio. La portera tiene una amplia cultura, aunque prefiere no alardear de ella. La niña, superdotada, está convencida de que el mundo de los adultos carece de sentido. La llegada de un japonés, el señor Kakuro Ozu, cambiará la vida de ambas.

Algunos de los referentes de la portera, a la que he encontrado demasiado altiva, me han llegado muy adentro. Hablo de películas como 'Blade Runner' (1982), 'La caza del octubre rojo' (1990) o 'Las hermanas Munakata' (1950); de escritores como Connelly, Mankell o Tolstói; de pintores como Bacon, Claesz o Chardin; de la música de Mozart... Un sinfín de citas culturales, muy familiares, con las que me he identificado mucho.

De las paranoias de la niña, muy profundas, me quedo con ésta: "¿Y si la literatura fuera un televisor que miramos para activar nuestras neuronas espejo y obtener a bajo precio los estremecimientos de la acción? ¿Y si, todavía peor, la literatura fuera una televisión que nos muestra todo lo que nos perdemos?". Una reflexión muy interesante, sin ninguna duda.

Buena semana a todas y a todos.