dilluns, d’octubre 01, 2007

Comentario: 'Domicilio desconocido' (****)


'Nace' Kim Ki Duk

2001 / Corea del Sur / Drama / 117 minuts / Director: Kim Ki Duk / Intérpretes: Dong-kun Yang, Min-jung Ban, Young-min Kim, Eun-jin Bang, Gye-nam Myeong, In-ok Lee, Jae-hyeon Jo / La hija de una familia de campesinos, que no tiene visión en el ojo derecho, empieza a salir con un marine después que éste consiga que la operen en el hospital militar. Por otra parte, la película nos explica la historia de un mulato, hijo de una coreana con un marine que, en su día, volvió a los Estados Unidos. Diariamente la madre le envia una carta a su marido, pero todas son devueltas con la inscripción ‘Domicilio desconocido’.

‘Domicilio desconocido’ es la primera gran película de Kim Ki Duk, l’enfant terrible del cine coreano. Quizás no sea demasiado objetivo porque estoy ‘enamorado’ de todo su cine, pero creo que este título no tiene nada que envidiar de sus obras posteriores, como por ejemplo ‘Hierro 3’ (2004). Kim Ki Duk es un ‘contador’ de historias. En ellas todo tiene sentido; o casi todo. A veces se desmelena con finales un tanto poéticos, pero en esta película no hay lugar para la poesía. Todo es tan duro como una patada en el estómago.

‘Domicilio desconocidos’ es una historia de vidas cruzadas. El vínculo de unión entre sus personajes es la soledad, las ganas de tener una vida mejor y, en la mayoría de los casos, la falta de una figura paterna. Kim Ki Duk no tiene pelos en la lengua. Nos explica la vida de los personajes con mucha crudeza, sin esconder nada, por deleznable que sea. La acción se desarrolla en la Corea rural, con bellos y bucólicos paisajes, con una música que te envuelve desde el primer minuto. El director coreano domina la cámara como pocos y todo lo que nos enseña tiene razón de ser; nada es casual.

El pueblo de la Corea rural donde se desarrolla la acción vive un momento de ambigüedad. Hay una base americana instalada allí desde hace muchos años y, como consecuencia directa, los marines norteamericanos tienen relaciones con las chicas locales. Hay quien decide estudiar inglés como sintoma de progreso. Por el contrario, otros rechazan todo lo que tiene que ver con los Estados Unidos, a quien consideran el país invasor.

(El comentario explica partes de la película)

Con este panorama como telón de fondo, Kim Ki Duk nos explica diversas historias paralelas. La que tiene más morbo es la que mantiene una joven coreana (sin visión en el ojo derecho) con un marine desequilibrado. El soldado la lleva al hospital militar para que la operen, a cambio, eso sí; de que salga con ella. La chica cumple su palabra, pero él cada vez está más desquiciado. Llega un día en el que el soldado decide marcharse, pero antes quiere tatuarle su nombre en el pecho, para que nunca le olvide. La chica logra quitarle la navaja y, voluntariamente, se corta el ojo intervenido. Es la manera de demostrarle al marine que ya no le debe nada. Su sumisión se ha acabado. A grandes males, grandes remedios.

La otra historia principal es todavía más complicada. Un mulato (le llaman así)trabaja para un ‘torturador’ de perros. Los compra a sus amos (prácticamente arruinados) y los ahorca en un árbol mientras los golpea con un bate de beisbol. Después vende su carne a los restaurantes cercanos. El ‘torturador’ sale con la madre del mulato, al que un marine dejó en Corea cuando decidió volver a los Estados Unidos. Él no contesta sus cartas, si es que le llegan.

El ‘torturador’ y el mulato no se entienden, hasta el punto de apalizarse mútuamente. El final es tétrico para los dos. El ‘torturador’ acaba colgado en el mismo árbol donde colgaba a los perros, golpeado con el mismo bate de béisbol. El encargado de hacer 'justicia' es el propio mulato. Poco después, éste le roba la moto a su difunto jefe, tiene un accidente y acaba ‘clavado’ en un campo, patas arriba, como si fuera una zanahoria. Me imagino que es una licencia más de Kim Ki Duk, porque cuesta de imaginar un accidente con un final tan peculiar.

La madre del mulato, que no puede superar la pérdida de su hijo, muere quemada en el autobús, americano (como no) en el que malvivía desde hacía tiempo. Ese mismo día le había llegado una carta de los Estados Unidos, pero estaba tan hundida que ni siquiera la ve. Y es una lástima, era su salvocunducto hacia el país del ‘Tío Sam’. Era la respuesta de su marido que, por lo que parece, ni sabía que había tenido un hijo con ella. Si la misiva hubiera llegado un par de días antes, quizás todo habría sido diferente.

‘Domicilio desconocido’ nos muestra una serie inacabable de personas marginales, personas que no son capaces de encontrar su sitio en el mundo. Como por ejemplo, la ‘tuerta’, con una 'mala suerte' increíble. Sus primeras experiencias sexuales las tiene con su perrito faldero, al que desliza furtivamente por debajo de su camisón. Posteriormente, la violan dos desconocidos y, por si fuera poco, el marine la utiliza a sus anchas, sin ningún tipo de compasión. El único que no logra estar con ella es el chico al que ella quiere quien, además, está loco por ella. Mi vida sin mí.