
Clint Eastwood ('Más allá de la vida', 2010) nunca defrauda. En su última película, ‘J. Edgar’, nos cuenta cómo Edgar Hoover, con sólo 29 años, fue nombrado director general del FBI, en1924. Se eternizó en el cargo porque lo ocupó hasta el día de su muerte, en 1972. 48 años ininterrumpidos, a las órdenes de siete presidentes diferentes. Su poder era casi ilimitado... Dos horas y cuarto de cine en estado puro.
A J. Edgar le da vida un gran Leonardo DiCaprio ('Origen', 2010); de joven y ya de mayor, gracias a unas cuantas capas de maquillaje. Si hacemos caso a Eastwood, el director general del FBI era una persona tremendamente egocéntrica. Es verdad que estaba obsesionado por la seguridad de su país, pero todavía más por su lucimiento personal. Le gustaba ser un político estrella. Sólo hacía caso a su madre, interpretada por Judi Dench ('Diario de un escándalo', 2006). La escena del espejo, con un J. Edgar hundido, es espectacular.
Una vez más, y van..., Eastwood cuenta con la colaboración inestimable de Tom Stern, su fotógrafo de cabecera. Esa luz ténue, esos claroscuros que nadie puede ni tan siquiera imitar. Son marca de la casa... A parte de su madre, dos personas tuvieron un peso importante en la agitada vida de J. Edgar. Su fiel secretaria, una estupenda Naomi Watts ('Conocerás al hombre de tus sueños', 2010) y su mano derecha y pareja, Clyde Tolson, interpretado por Armie Hammer ('La red social', 2010). Su caracterización de viejo es esperpéntica, rozando el rídículo.
UN BIOPIC INGENIOSO Y VORAZ
Voluntaria-mente, Eastwood pasa de puntillas por el asesinato de John F. Kennedy y por la concesión del Premio Nobel de la Paz a Martin Luther King. Por contra, la película da mucha importancia al secuestro del bebé de Charkes Lindbergh, el primer piloto que cruzó el Océano Atlántico en un vuelo sin escalas y en solitario. Fue entre Nueva York y París. Los archivos secretos de Hoover, que todavía hoy no han salido a la luz, le proporcionaron un poder tremendo, siendo una de las personas más temidas de los Estados Unidos, incluídos sus presidentes.En definitiva, ‘J. Edgar’ es un biopic ingenioso y a la vez voraz sobre una de las personas más influyentes de la historia moderna de los Estados Unidos. Entre otras cosas, él fue quien pidió que las huellas dactilares se incorporaran a las fichas policiales. El invento fue patentado por el croata nacionalizado argentino Juan Vucetich, pero la idea de utulizarlo en norteamérica fue del visionario Hoover. A sus 81 años, el abuelo Clint sigue en plena forma.
“CHICO & RITA”
Para quien ha estado en La Habana, ‘Chico & Rita’, de Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Ferrando, es una película que engancha. Reconoces la ciudad de inmediato y vibras con la pegadiza música de Bebo Valdés. Los dibujos de Mariscal, creador de Cobi, la ambientación de la capital cubana y, sobre todo, las canciones del octagenario músico de Quivicán te dejan anonadado.Otra cosa, y lo digo con todos mis respetos, es el argumento. La historia de este amor casi imposible entre Chico y Rita la encuentro demasiado simple. Me da la sensación de que podría haberse trabajado un poquito más. Entonces sí que la película sería casi perfecta. Él es pianista, ella cantante. Se conocen en una fiesta de La Habana y se enamoran perdidamente. El destino los separa y los une, paulatinamente, sin que nada puedan hacer para controlarlo.
‘Chico & Rita’ opta al Oscar en la categoría de Mejor Película de Animación, junto a ‘Un gato en París’, ‘Kung Fu Panda 2’, ‘El gato con botas’ y 'Rango', que es mi apuesta personal.
‘FUMAR PUEDE NO MATAR’
Vincente Amiel es el pesudónimo que ha tomado prestado un publicista catalán para escribir el libro ‘Fumar puede no matar’, un alegato a favor de suicidarse libremente con la nicotina como aliada. Yo no he fumado nunca ni tengo previsto hacerlo pero, si digo la verdad, tengo que reconocer que me he reído mucho con este libro. Es muy corto -179 páginas- y está publicado por Saymon.Conozco a su autor, fumador empedernido, y me atrevo a decir que es bastante (o mucho) autobiográfico. Amiel dice que, con las nueves leyes antitabaco, los fumadores quedan a la altura de los perros. Ni unos ni otros pueden entrar en la mayoría de locales. El personaje principal de ‘Fumar puede no matar’ es un publicista que quiere seguir fumando, aunque su jefe, su mujer y sus amigos no paren de atosigarle. Santiago prueba un sinfín de tratamientos para acabar con su adicción , pero sólo para que los de su entorno se callen. Él quiere seguir encendiendo un pitillo con otro.
Quizás la única solución pase por marcharse a trabajar a un país caribeño, donde fumar todavía es un placer, y romper con todo lo que le rodea. Si ya era insoportable y engreído cuando podía fumar libremente, ahora no le aguanta ni su propia madre, si todavía tiene.
"A regañadientes, se encontró reclinado en una incómoda camilla viendo y sintiendo como la mujer china de China le clavaba agujas en la frente, en las sienes, en los pómulos, en el cuello y bajando, bajando, en el torso, piernas y pies, logrando que se viera a sí mismo como un maldito erizo".
Twitter: @Jordi_Sanuy
Buena semana a todas y a todos.












