dilluns, de febrer 27, 2012

No podemos actuar las 24 horas del día


El medio idilio que tuvo Marilyn Monroe con Colin Clark me tiene sin cuidado. Lo que aprecio de 'My week with Marilyn' es la capacidad de su director, Simon Curtis, y de la actriz Michelle Williams para intentar llegar al corazón de la actriz norteamericana, uno de los grandes símbolos sexuales de todos los tiempos. Ya hace cincuenta años que falleció y sigue hablándose muchísimo de ella. No me sorprende.

Salí del cine con ganas de saber más cosas sobre el mito de Marilyn Monroe que, si hacemos caso de la película, tuvo que vivir una terrible lucha interior. Ella no podía ser las veinticuatro horas del día la mujer exuberante que enamoraba a todos y cada uno de los hombres y mujeres que la veían en el cine. Parece ser que la Marilyn actriz y Norma Jeane -su nombre real- eran más diferentes de lo que la gente creía. Suele pasar.

La interpretación de Williams ('Mamut', 2009) es de las que no se olvidan, de Oscar, con el permiso de Meryl Streep, premiada esta madrugada. Su 'tentación rubia' es perfecta; y más teniendo en cuenta que, físicamente, no era fácil ponerse a la altura de uno de los grandes mitos de la historia del cine. La escena en la que ensaya un baile mientras espera al principe es sensacional. Su Mariliyn es guapa, sensual, sexy, triste e infeliz. Se siente insegura, poco querida, y necesita un sinfín de acólitos que le suban el ego, como su profesora de interpretación, que siempre iba con ella.

INSATISFECHA CON ELLA MISMA

'My week with Marilyn' hay que enmarcarla en el año 1956, cuando empieza a rodarse 'El príncipe y la corista', dirigida y también protagonizada por Sir Laurence Olivier (Kenneth Branagh). Por cierto, hacía años que no veía nada decente con él de protagonista. Fue en este rodaje, poco después de casarse con Arthur Miller, cuando Marilyn (que tenía 30 años) intentó refugiarse en los brazos del tercer ayudante de dirección, un joven de 23 (Eddie Redmayne). Él era de muy buena familia y se enamoró perdidamente de ella.

'My week with Marilyn' es de esas películas que te hacen amar el cine: sencilla, directa, cercana y muy bien interpretada. ¿Que se nutre de una anécdota más bien sencilla? Pues muy bien. Del gran plantel de actores secundarios me quedo con la grandísima Judi Dench ('J. Edgar', 2011) y con Julia Ormond, que da vida a Vivien Leigh, también actriz y esposa de Olivier.

También tiene un pequeño papel Emma Watson, la Hermione Granger de la saga Harry Potter, que crece a ritmo de magia... a la vez que pierde parte de su encanto. Aquí es una de las pretendientes de Colin. También trabaja en el rodaje. En definitiva, que salí muy contento del cine. ¿De eso se trata, no?

'LA INVENCIÓN DE HUGO'

También he visto 'La invención de Hugo', de Martin Scorsese. Fue ayer al mediodía, en 3D y en familia. Técnicamente es perfecta -se ha llevado cinco Oscar- pero se me hizo larga y no acabé de conectar con ella. Eso sí, ¡Hay un par de travellings extraordinarios! Se trata de un bonito y sentido homenaje a los pioneros de nuestro cine, con Georges Méliès a la cabeza, pero para llegar a él da demasiadas vueltas.

Lo del niño huérfano que tiene que buscarse la vida sin ninguna ayuda empieza a ser demasiado habitual. En esta película está encarnado por Hugo Cabret (Asa Butterfield), que se dedica a poner en hora los relojes de la estación de trenes de París. Corrían los años 30. Arreglar un autómata -lo único que todavía le une a su padre- es su principal y casi único motivo de vida.

Inesperadamente, Hugo contará con la ayuda de una niña y de su padrasto. Ella es Chloë Moretz, la pequeña asesina de ('Kick-Ass', 2010) y él un circense Ben Kingsley ('Shutter island', 2010) . Es una buena película, sin duda, pero me esperaba un poco más. Por cierto, el punto friki lo pone Sacha Baron Cohen y su ridículo, voluntariamente, supongo, inspector de estación.

'LA COL·LABORADORA' (EMPAR MOLINER)

Hace tiempo que leí las galeradas del libro y ya lo tengo entre las manos. Hablo de ‘La col·laboradora’, de mi amiga Empar Moliner. Voy a intentar ser objetivo, aunque trabajamos juntos en ‘Els Matins’ de TV3 y estamos sentados en el mismo sofá, cada día, una hora y media. Lo primero que sorprende es la portada. Sólo aparece su nombre, muy grande, y el título, con letras deshila-chadas, sobre un fondo negro. Es atrevida e inquieta, como Magdalena Rovira, su protagonista.

‘La Col·laboradora’ está publicada por Columna y tiene 317 páginas. De momento, sólo ha salido en catalán, pero la autora ya está ultimando la edición en castellano. A través de los ojos de Rovira, Moliner critica la literatura hecha por encargo: biografías de famosos, libros de autoayuda... obras escritas sin estilo -que caducan con el tiempo- y que tienen el único objetivo de vender unos miles de ejemplares. Son las novelas hechas por ‘negros’, como la misma Rovira. Esta mujer, separada y con una hija de tres años, escribe para vivir, siempre desde el anonimato. Lo bueno es que tiene claro su límite de competencia.

Entre otras cosas, ‘La Col·laboradora’, escrito en primera persona, nos cuenta como Rovira hace un resumen de su vida y de sus actividades para alguien que, hasta el final, no sabemos quién es. Ella está alcoholizada, no sé si decir también que quizás esdemasiado fácil con los hombres y que ha logrado dejar atrás un turbulento pasado atado a las drogas. Casi sin quererlo, Magdalena Rovira se ve inmersa en la elaboración de un libro que quiere rendir homenaje a una de las víctimas del franquismo.

¿Si la obra es autobiográfica? Es la pregunta que hacen a todos los autores. Creo que en parte sí, pero yo a Empar la conozco demasiado. Lo que sí que tengo claro es que es un libro para leer sin prisas, porque es más profundo de lo que puede parecer tras una primera mirada. És ácido, como sus cuentos cortos, y con una dosis de mala leche bastante grande. Hay pasajes que son duros como una patada en el estómago, calibrados, eso sí, con el sempieterno humor negro que le acompaña habitualmente. En definitiva, un libro que hay que leer porque es una de las grandes novedades del momento. ¿Que no soy objetivo? Ya me contareis después de leerlo.

"Diu en Matamala -que sempre sap trobar les imatges justes- que semblo una d'aquelles rosses vestides de texà i amb botes de cowboy de les pel·lícules que són als bars de country de matinada, assegudes als tamborets, bevent cerveses sense got, i que amb la beguda es tornen facilones i esperen que algun camioner les porti a casa. Una d'aquelles rosses que viuen en una caravana i tenen fills de dos homes i sempre acaben tenint problemes".

Twitter: @Jordi_Sanuy


Buena semana a todas y a todos.

dilluns, de febrer 20, 2012

Cuatro leones por corderos


Cada vez que pienso en 'Four Lions', del británico Christopher Morris, me gusta un poco más. Cuando acabé de verla me pareció una película del montón, con cuatro o cinco gags francamente buenos, pero ya está. Una vez reposada, he llegado a la conclusión que es un ensayo, muy acertado, sobre la imbecilidad humana. Y aquí está su virtud y su defecto. Los protagonistas son tan imbéciles que llegan a despistar.

'Four Lions' es una sátira que denuncia el fanatismo islámico. Es una lástima que los terroristas de verdad no sean tan tontos como los de esta película, porque todos estaríamos un poco más seguros. El ideólogo de esta célula de muyaidines ridículos es Omar, un musulmán radical de nacionalidad inglesa. Tiene claro que quiere luchar contra los infieles... aunque no tiene claro ni quiénes son ni, lógicamente, dónde encontrarlos.

Omar habla del terrorismo con su mujer y con su hijo como si lo hicieran de futbol, sin dramatizar lo más mínimo. Si hay que volarse en pedazos en nombre de Dios... se hace y ya está. Siendo un inútil, Omar es el más listo de un grupo, que completan Waj (un joven simple y manipulable), Fessal (un aprensivo fabricante de bombas), Barry (un extremista radical) y Hassan, un rapero sin demasiadas luces. El cóctel es más explosivo que cualquier bomba que puedan llegar a preparar ellos mismos.

El gag de la tarjeta SIM, el del cuervo -que se ha utilizado para el cartel de la película-, el de las botellas de lejía y el de la oveja, por citar cuatro, son desternillantes. Me imagino que tratar el terrorismo desde el humor negro no es nada fácil. Hasta ahora, la película de kamizazes que más me había impactado, aunque afrontaba el tema completamiento en serio, es 'Paradise now' (2005). En resumen, 'Four lions' es une película diverdida que degrada el terrorismo hasta puntos insospechados.

'RELÁMPAGOS' (JEAN ECHENOZ)

He disfrutado muchísimo con 'Relámpagos', el último libro del francés Jean Echenoz (Orange, 1947). Va de menos a más. Está publicado por la editorial Anagrama y es muy cortito, con sólo 160 páginas. Está basado en la vida y descubrimientos del ingeniero austrohúngaro Nikolas Tesla (1856-1943). A pesar de ello, Echenoz quiere dejar claro que no es biográfico. Tesla fue uno de los promotores más importantes del nacimiento de la electricidad comercial.

Directa o indirectamente también inventó la transferencia inalámbrica de energía eléctrica mediante ondas electromagnéticas, la corriente alterna, la bombilla sin filamento, la radio... Empezó muchas cosas pero acabó pocas, sobretodo porque le interesaba más la ciencia que el beneficio. Parece ser que fueron muchos los que se aprovecharon de él, como Thomas Edison o George Westinghouse. Tesla patentó muchas cosas, la mayoría sin acabarlas de desarrollar, y fueron otros quien se beneficiaron.

Echenoz describe a Tesla como una persona difícil, obsesiva con los gérmenes -se lava las manos cada dos por tres- y que prefiere no tener demasiada relación con hombres y mujeres más allá del trato profesional. ¿Contradictorio? También, ya que, pese a su fijación por combatir a los gérmenes, tiene una relación casi de amor -o sin el casi- con las palomas que, para mí, son las ratas del aire. Un libro altamente recomendable.

"Con todas estas cosas que han transcurrido velozmente al igual que toda su vida, Gregor anda por los cincuenta y cinco años. Nunca se percata uno de lo rápido que pasa todo, siendo así que los días se hacen larguísimos y las tardes se eternizan. De pronto se ve uno de mediana edad sin entender muy bien cómo ha sido, aunque, como Gregor, se consulte de continuo el reloj, y aunque éste tan sólo proporcione una idea imperfecta, tendenciosa y en definitiva falsa del tiempo".

Twitter: @Jordi_Sanuy

Buena semana a todas y a todos.

dilluns, de febrer 13, 2012

Al galope, de principio a fin


‘War horse’ (caballo de batalla)
es una gran película de aventuras. Visualmente, la última apuesta de Steven Spielberg en cine juvenil y de entretenimiento es de matrícula de honor. El padre de 'E.T.' (1982) ha vuelto a conseguirlo. Dura casi dos horas y media y no se hace larga en ningún momento. Al acabar, mi hijo me preguntó sorprendido: “¿Ya está?” Lo mejor que he visto en familia desde 'Super 8' (2011), producida por el mismo Spielberg.

Impecable desde un punto de vista visual, bien ambientada y con una fotografía extraordinaria, me parece justo que ‘War horse’ aspire a seis Oscars. Otra cosa diferente es que merezca ganarlos. Son los de Mejor Película, Mejor Fotografía (firmada por el polaco Janusz Kaminski), Mejor Banda Sonora (su responsable es John Williams), Mejor Dirección Artística, Mejor Sonido y Mejores Efectos Sonoros. Puedo dar fe que el sonido es tremendamente espectacular.

¿’War horse es una película perfecta? No, ni mucho menos. El argumento de esta sencilla fábula es previsible y, como suele ocurrir en este tipo de cintas, muy almibarado. Es aquello del happy end. Aquí, el espectáculo esta por encima del resto. Spielberg nos cuenta la historia de Albert Narracott, un chico que entabla una gran amistad (no sé si llamarle así) con un caballo, al que bautiza con el nombre de Joey. La I Guerra Mundial (1914-1918) los separa, pero Albert hará todo lo posible para reencontrarse con él. Ambos, por separado, vivirán un sinfín de aventuras en tierra de nadie.

CATORCE CABALLOS HICIERON DE JOEY

A Albert le da vida el joven Jeremy Irvine y, la verdad, es que no lo hace mal. Sus padres, Ted y Rose, están interpretados por Peter Mullan y Emily Watson ( ‘Las cenizas de Ángela’, 1999). Los dos están bastante bien. También hace un buen papel Niels Arestrup, que brillaba como mafioso italiano encarcelado en 'Un profeta' (2009). Aquí hace de abuelo encantador.

En defnitiva, ‘War horse’ es una película, llena de fuerza y energía, que va al galope, de principio a fin. La escena en la que un soldado británico y un alemán intentan liberar al caballo y la conversación entre dos oficiales, uno de cada bando, después de la emboscada, son sensacionales. Como curiosidad: Para interpretar a Joey fueron necesarios un total de 14 caballos.

'ALBERT NOBBS'

‘Albert Nobbs’, dirigida por el colombiano Rodrigo García (‘Madres & hijas’, 2009), me ha dejado bastante indiferente. Es verdad que Glen Close hace un gran papel (a la altura de la actuación de Meryl Streep en ‘La dama de hierro’), pero poco más hay que destacar. Para mí, no deja de ser un telefilme de época bastante frío, con una puesta en escena limitada. En algunos momentos he llegado a aburrirme.

El título de la película es el nombre del personaje de Close, una mujer que se ve obligada a hacerse pasar por un hombre, a lo largo de 30 años, para poder trabajar en un hostal, en la Irlanda del siglo XIX. Su sueño es ahorrar y abrir un estanco. Los problemas llegan cuando empieza a sentirse atraída por una joven camarera, interpretada por Mia Wasikowska ('Restless, 2011). El chico que sale con ella la utiliza al principio, pero se cansa después. Lógicamente, ninguno de los dos sabe que es un hombre.

‘Albert Nobbs’ opta a tres Oscar. A la Mejor Actriz Principal (Close) y a la Mejor Actriz de Reparto, Janet Mc Teer que, personalmente, no me ha convencido. Lo hace bien, pero no sé si tanto para aspirar a una estatuilla. Su personaje es otra mujer que se hace pasar por hombre para trabajar, en su caso de pintora, y poder casarse con la chica a la que ama. La homosexualidad, en esos tiempos, era tabú. La otra candidatura es por el maquillaje. Puedo asegurar que cuando haya acabado de escribir este post, ya me habré olvidado por completo de la película.

'CRIMS'

'Crims' (Crímenes), de Ferdinand von Schirach (Munic, 1964), es un libro tremendamente curioso. Su autor es abogado y defensor de causas penales en Berlín. En catalán está publicado por Empúries Narrativa y tiene 180 páginas. Se lee de un tirón. Von Schirach nos explica once historias que parecen increíbles, aunque él asegura que son ciertas. Me imagino que las ha novelado, además de cambiar el nombre de los protagonistas.

Son crímenes increíbles, pero todavía más las sentencias. Uno de los casos que más me ha impresionado es el de un médico con buena reputación y un carácter afable que mata a su mujer a golpes de hacha, después de cuarenta años de matrimonio. Lo condenaron a sólo tres años y, antes de entrar en prisión, ya le dieron la libertad condicional. ¿Curioso no?

Un asesinato por amor entre dos hermanos, otro por celos, un doble crimen en defensa propia y una fantástica historia con un vigilante de museo y una escultura de protagonistas son otras de las historias que me han llamado mucho la atención. Pero hay otras. Un libro muy interesante, sin duda.

Twitter: @Jordi_Sanuy

Buena semana a todas y a todos.

dilluns, de febrer 06, 2012

'Viaje organizado' al corazón del Nepal


Me gustó más 'También la lluvia' (2010). Para mí, ‘Katmandú, un espejo en el cielo’, es una película más. Icíar Bollaín sigue con su cine social y de denuncia, pero esta vez no me ha convencido. Todo es demasiado frío. En ningún momento pude conectar del todo con los protagonistas. Los seguí desde fuera, como un turista en una excursión organizada. Disfrutas de las vistas del Nepal, de Verónica Echegui... y ya está.

Echegui es una actriz con un gran futuro por delante. No sólo es una mujer guapa, que lo es. También posee una mirada y una sonrisa que, hoy por hoy, casi no tienen competencia en el cine español. Le dio la oportunidad de su vida Bigas Luna, en ‘Yo soy la Juani’ (2006) y, desde entonces, ya ha hecho doce películas. La última es ‘The cold light of day’, dirigida por Mabrouk El Mechri ('JCVD', 2008). Comparte cartel con dos de los grandes: Bruce Willis y Sigourney Weaver. Ahí es nada.

En la película de Bollaín, Verónica da vida a Laia, una joven maestra catalana que se traslada a Katmandú para trabajar en una escuela. La historia tendría que parecer más o menos creíble; todavía más si tenemos en cuenta que está inspirada en las peripecias reales de Victoria Subirana, conocida popularmente como Vicky Sherpa. Si digo la verdad, a mí no me ha parecido demasiado verosímil. Lo he encontrado todo demasiado obvio y almibarado.

Laia se desplaza de Barcelona a Katmandú para dar clase a niños y niñas necesitados. Pero no tiene suficiente y pretende crear su propia escuela. Lo hace con el objetivo de alfabetizar a alumnos todavía más pobres. La mayoría nunca se había planteado pasar por las aulas. Sus dos únicos puntos de apoyo son Tsering (con quien acuerda un matrimonio de conveniencia cuando las cosas se ponen feas) y Sharmila, una profesora nepalí que, poco a poco, se convierte en su mano derecha. En Katmandú, la corrupción y la dependencia de la religión lo marcan casi todo.

Ya sé que lo he dicho antes, pero vuelvo a repetirlo: 'Katmandú' no es una mala película, pero esperaba más. Se deja ver y tiene un mensaje positivo, que siempre se agradece.

‘MONEYBALL: ROMPIENDO LAS REGLAS’

Pongamos que Leo Messi le asegura 60 goles por temporada al Barça. Pongamos que Messi se marcha del club azulgrana porque no pueden pagarle. Pongamos que Sandro Rosell no tiene cash suficiente para reemplazarlo por un goleador de sus características... si es que existe. Llegado este momento, quizás la solución pase por fichar a tres delanteros que marquen 20 goles al año. 20 + 20 + 20 = 60. Problema resuelto.

Trasladado al beisbol, esto es lo que le pasa a Billy Beane, exestrella y ahora director general de los Oakland Athletics. Después de perder a sus mejores jugadores por motivos económicos, lo primero que hace Beane (interpretado por un correcto Brad Pitt) es fichar a un ‘genio’ de las estadísticas. Personalmente, creo que las estadísticas están para romperlas, pero Peter Brand, interpretado por un gran Jonah Hill (‘Todo sobre mi desmadre’, 2010), acaba demostrando que no. ¿Estuvo de suerte? Pues no lo sé, pero la película está basada en hechos reales.

El planteamiento de Beane y Brand choca frontalmente con las estructuras del club, con el entrenador del equipo a la cabeza. Le da vida Phillip Seymour Hoffman. Se trata de uno de mis actores preferidos, pero en esta película no brilla demasiado. ‘Moneyball’ aspira a seis Oscar, incluyendo los de Mejor Película, Mejor Guión Adaptado, Mejor Actor Principal (Pitt) y Mejor Actor de Reparto (Hill). En los Globos de Oro se marchó de vacío. Película ciento por ciento americana, con un buen guión, de la que puede prescindir cualquier persona que no sea aficionada al beisbol.

'EL TEMOR DE UN HOMBRE SABIO'

Ya he acabado ‘El temor de un hombre sabio’, segunda parte de la trilogía escrita por el norteamericano Patrick Rothfuss. Tiene 1196 páginas, está editada por Plaza Janés y es igual de adictiva que la primera. El protagonista de esta novela fantástica continua siendo Kvothe, que está contando su agitada vida a un cronista. Esta segunda parte empieza como si fuera un capítulo más de la primera, a la que no hace referencias. Continúa la acción, sin más.

En este segundo libro, Kvothe continúa enfrentándose a su pobreza, a los profesores de la Universidad y a Ambrose, su enemigo de cabecera. Denna, que aparece y desaparece de su vida sin avisar, sigue siendo uno sus únicos puntos de apoyo. En ‘El temor de un hombre sabio’ también tiene muchísimo peso Therpe, el noble que intenta encontrar un mecenas para Kvothe; y Felurian, una especie de hada enigmática considerada la mujer más bella del mundo. Es imposible escapar de ella sin volverse loco.

Una buena parte del libro se desarrolla en un pueblo de mercenarios que practica un 'arte marcial' llamado Ketan. Sus habitantes, solitarios y muy precavidos, se dejan guiar por un 'Dios interior' que responde al nombre de Lethani. Es muy difícil de definir. Ya tengo ganas que salga a la venta la tercera parte de esta apasionante trilogía, llena de aventuras y muy bien escrita. Kvothe es un hombre fuerte, inteligente y también un tanto altivo. Mientras leía marqué este párrafo, a modo de ejemplo:

"En su Teofonía, Teccam habla de los secretos y los llama 'tesoros dolorosos de la mente'. Explica que lo que la mayoría de la gente considera secretos no lo son en realidad. Los misterios, por ejemplo, no son secretos. Tampoco lo son los hechos poco conocidos ni las verdades olvidadas. Un secreto, explica Teccam, es un conocimiento cierto activamente ocultado".

Twitter: @Jordi_Sanuy

Buena semana a todas y a todos.