
¿Ser perfeccionista es una enfermedad? ¿Nunca te ha traicionado tu propia mente? ¿Te has puesto obstáculos innecesarios en el camino? ¿Cuántas veces te has convertido en tu principal enemigo? ¿Qué es lo que hace que te obsesiones con una persona o con un trabajo? Son preguntas que quizás podríamos hacernos muchos de nosotros y que quizás tendría que haberse planteado Nina, protagonista de ‘El cisne negro’.
Poco más voy a contar de esta película de Darren Aronofsky, con cinco nominaciones a los Oscar. Entre ellas hay que destacar la de mejor actriz para Natalie Portman, que interpreta a una bailarina obsesionada con la danza. Si no gana la estatuilla este año, no la hará nunca. La interpretación de Portman -a la que descubrí en ‘León, el profesional’ (1984)- me dejó “en estado de shock”, parafraseando a mi amiga Bargalloneta. ¡Está espectacular!
Nina está convencida de que puede interpretar al cisne blanco, y también al negro, en ‘El lago de los cisnes’, que está a punto de estrenarse en Nueva York. Quiere los dos papeles principales. La metamorfosis de su personaje, a medida de que pasan los minutos, te deja sin respiración. Parte de la ‘culpa’ es de su director, Aronofsky, un experto en recrear ambientes claustrofóbicos y enfermizos, como ya dejó claro en la inolvidable ‘Réquiem for a dream’ (2000), angustia en estado puro.
Sin ser una película extraordinaria, creo que ‘El cisne negro’ es de visión obligada, con cuatro secundarios de lujo: Vincent Cassel (que da vida al director de la obra), Winona Ryder (la anterior primera bailarina de la compañía), Mila Kunis (la gran rival de Nina para el papel principal) y Barbara Hershey (la obsesiva y protectora madre de la protagonista). Los cuatro están francamente bien.
‘WINTER’S BONE’

Es una película pausada y muy sórdida, de aquellas que te transportan a la América más profunda. Visualmente, me ha recordado a títulos recientes, como 'Frozen River' (2008), o la oscarizada 'Fargo' (1996), de la factoría Coen. Nos cuenta la historia de Ree Dolly, una chica de 17 años, que tiene un hermano de 12 y una hermana de 6. Los dos están a su cuidado porque su madre está sumida en una profunda depresión y su padre, que 'fabricaba' crack, desapareció sin dejar nungún rastro.
El objetivo de Ree es encontrar a su padre y convencerle de que tiene que acudir a un juicio pendiente. Está en libertad condicional y, si no se presenta, perderá la fianza y, como consecuencia directa, su casa. Llegado a este punto, ella se verá incapaz de sacar a su familia hacia adelante. Está en la ruina y no podrá aguantar ni un golpe más. Y por si fuera poco, el pueblo, lleno de personajes muy variopintos, parece esconderle algo...
Buena semana a todas y a todos. ¡La próxima os cuento cómo ha ido la 'II Cena Blogger'!