
No tenía previsto ir a verla, pero hice caso a
Bargalloneta y me acerqué al cine. No me arrepiento.
‘Un cuento chino’, de
Sebastián Borensztein, es una película casi redonda. Tiene un inicio tan sorprendente como increíble (esa es la sensación que me dio), pero todo acaba cuadrando al final. Además, aseguran que el punto de partida es real como la vida misma.
Quizás podríamos catalogar ‘Un cuento chino’ como una comedia con toques de humor
gris porque creo que no llega a negro. El protagonista principal es
Roberto, interpretado por
Ricardo Darín. Este actor (
Buenos Aires, 1957) se ha convertido en un seguro de vida. Haga lo que ha ga, siempre convence. Aquí da vida a un hombre solitario, meticuloso, y perfeccionista. Regenta una ferretería, vive solo en el piso de arriba y, fuera del trabajo, evita cualquier tipo de relación personal.
Sin embargo, un día, la aparición casual de un joven chino, que busca desesperadamente a un familiar cercano, echa al traste su ordenada vida. Ninguno de los dos habla el idioma de otro y tienen dificultades para entenderse. Quizás lo lógico es que Roberto se deshiciera de él, pero no quiere dejarlo solo. El trío protagonista lo completa una gran
Muriel Santa Ana, a la que Roberto no le hace demasiado caso. Ella está enamorada de él.
‘Un cuento chino’ no es una película sensiblera ya que descarta utilizar recursos fáciles para intentar engañar al espectador. Si se hace próxima es por el buen trabajo de los actores, que crean unos personajes auténticos y cercanos. Al final, Roberto y
Jun –así se llama el chino- tendrán más cosas en común de lo que ellos podían imaginar. Un guión lógico y cuidado son el éxito de esta película fresca divertida. Altamente recomendable.
'ALGO QUE BRILLA COMO EL MAR'
Esta semana he leído
‘Algo que brilla como el mar’, de la escritora japonesa
Hiromi Kawakami, que se dio a conocer internacionalmente con
‘El cielo es azul, la tierra blanca’. Nos habló de ella la escritora
Flavia company (
'L’illa de l’última veritat’) en un comentario que dejó en el post de la adaptación cinematográfica de
'Tokio blues', de
Haruki Murakami. ‘Algo que brilla como el mar’ está publicado por
Acantilado y tiene 267 páginas.
Sólo empezar el libro, Kawakami (
Tokio, 1958) nos regala un pequeño diálogo que ya deja claro por donde irá el libro:
-¿Cómo te ha ido el día?, me pregunta mi madre todos los días.
-Bien, normal, le respondo yo.
“Bien” y “normal”, siempre las dos mismas palabras. Las ocasiones en las que doy una respuesta diferente se pueden contar con los dedos de una mano. Cuando tengo que responderle otra cosa, como “fatal” o “muy bien”, intento no tenerla delante.Los protagonistas de esta pequeña conversación son
Midori Edo (un niño en tránsito hacia la edad adulta) y
Aiko, su madre soltera. La familia la completa la abuela
Masako.
Otori, el padre biológico, los visita muy a menudo. Entre los cuatro hay una sincera y extraña relación. Todo podía haber ido muy bien entre ellos... pero sólo va. Escrita con un estilo sencillo y eficaz, y con muchos diálogos, ‘Algo brilla como el mar’ es una bonita novela de aprendizaje sobre la amistad, el sexo y los vínculos familiares.
A excepción de Masako, el resto de personajes deambulan por la vida sin rumbo fijo. No están perdidos, pero tampoco se han encontrado a sí mismos. Aiko no acaba de encajar en el papel de madre. Desde hace poco sale con un hombre mayor que ella, sin acabar de olvidar al padre su hijo. ¿Qué falló entre ellos? Midori es un mar de dudas, como
Mizue –su novia- y su amigo
Hanada. Da la sensación de que al chico le asusta el contacto físico. A ella no. ¿Quizás no tiene clara su sexualidad? Es una posibilidad que hay que contemplar seriamente.
También tiene dudas Hanada, que un día decide vestirse de mujer para ir por la calle,
“como si me estuvieran apuñalando”. Lo hace porque cree que su estado de fusión con la sociedad no es bueno. Según él, si siempre estamos rodeados de lugares familiares y llevamos ropa que nos siente bien empezamos a fundirnos progresivamente en la sociedad y eso no es bueno.
“Si llevo ropa que no me sienta bien –asegura- conseguiré mantener el equilibrio”. Una idea original, sin duda.
Buena semana a todas y a todos.