
No tengo dudas. Para mí, 'Drive', de Nicolas Winding Refn, es el mejor drama del año. 'Los idus de marzo' , 'Moneyball: Rompiendo las reglas' -esta semana he podido ver ambas- y 'Criadas y señoras' no tienen tanto nivel. Las otras tres candidatas a los Globos de Oro, 'Los descendientes', 'La invención de Hugo' y 'War horse (Caballo de batalla)', están pendientes de estreno en España.
Me sorprende que 'Drive', cine negro en estado puro, no compita por el premio a la Mejor Película. En los Globos de Oro, antesala de los Oscar, sólo aspira al de mejor actor de reparto. El candidato es el veterano Albert Brooks, que recientemente ya triunfó en la gala del Círculo de Críticos de New York. Brooks da vida a un mafioso de poca monta para el que extorsionar, delinquir y matar es un estilo de vida como cualquier otro.
Aunque el gran protagonista de esta pequeña obra maestra es Driver (Conductor), interpretado por Ryan Gosling, al que descubrí en la sensacional 'Lars y una chica de verdad' (2007). Se da la circunstancia de que Gosling opta al premio de mejor actor principal de los Globos de Oro por su papel en la citada 'Los idus de marzo', y no por 'Drive'. En 'Los idus' comparte cartel con George Clooney y Philip Seymour Hoffman. A su vez, Clooney está nominado por 'Los descendientes' y a Seymour Hoffman, que de momento no opta a ningún premio, también le vemos en 'Moneyball'.
LA ACCIÓN AUMENTA POR MOMENTOS

La existencia de Driver podía haber sido larga y mínimamente tranquila, siempre, claro está, que la policía no le hubiera pillado en una de sus excursiones nocturnas. Pero la aparición en su vida de Irene -una vecina- podría cambiarlo todo... o no. Desde un punto de vista argumental, no voy a contar nada más. A Irene la interpreta Carey Mulligan, una actriz que me encanta. No es espectacularmente guapa, pero su mirada y su sonrisa valen un imperio. La vi por primera vez en 'An education' (2009) -por la que fue nominada al Oscar a la mejor actriz principal- y no me pierdo nada de ella.
'Drive' tiene dos partes muy bien diferenciadas. En la primera, Winding Refn coloca a sus personajes. Lo hace muy lentamente, con planos largos, miradas precisas y preciosas (¡Menuda química hay entre Gosling y Mulligan)-, en ambientes oscuros y desangelados... También utiliza el silencio, muchos silencios, y canciones muy pegadizas, como por ejemplo 'Nightcall', de Kavinsky. Es la parte más ochentera, casi de serie B.
La segunda parte, mucho más rápida y tarantiniana, es en la que pasa casi todo. Es una orgía de violencia sin fin, en la que Driver se desplaza arriba y abajo movido por las circunstancias. Hay veces en la que vivir no es lo más importante. Y es que con sobrevivir hay más que suficiente. La escena del ascensor, ralentizada, es de las que no se olvidan con facilidad. Cine en mayúsculas.
'L'HORA ZEN' (UN CRIM REFINAT)

A lo largo del libro, muy costumbrista y con gran sentido del humor, Solana critica abiertamente las terapias alternativas, además de enviar algún recadito al canal de televisión Intereconomía, casposo como pocos. Repite una y mil veces que no hay ningún estudio científico que asegure que este tipo de terapias funcionan para algo. Son muchas las personas que se consideran estafadas. Por cierto, Solana hace de ella mismo en el libro, encargando a a los dos protagonistas que recopilen información, sobre este tipo de terapias, para escribir su próximo libro. No está nada mal.
"Dos días después de haber logrado escapar sanos y salvos de nuestros secuestradores, los periódicos y las televisiones continuaban hablando de la espectacular operación policial que había tenido lugar en el Poblenou, aunque por suerte las informaciones no decían nada del secuestro. En realidad, lo que destacaban era que algunos políticos y tertulianos consideraban que los Mossos habían sido demasiado exagerados, mientras que otros criticaban que se habían quedado demasiado cortos".
Buena entrada de año.
Este es el post número 600 de 'Paranoia 68'.