dimecres, de setembre 26, 2007

Comentario: 'Three Extrems' (***)


Historias extremas

2004 / Hong Kong, Japón, Corea del Sur / 125 minutos / Terror / Directores: Fruit Chan (‘Dumplings’), Chan Wook Park (‘Cut’), Takashi Miike (‘Box’) / Intérpretes: Pauline Lau, Tony Leung Ka Fai, Meme, Miriam Yeung Chin Wah (‘Dumplings’). Lee Byung-hu, Lim Won-hie, Kang Hye-jeong, Lee Dae-yeon, Mi Mi Lee (‘Cut’). Kyoko Hasegawa, Atsuro Watabe, Mai Suzuki, Yuu Suzuki, Mitsuru Akaboshi (‘Box’) / ‘Three Extremes’ es un experimento de tres de los grandes ‘maestros’ del cine oriental. Son tres mini-películas de 40 minutos que tienen un pequeño vínculo de unión entre ellas.


Las tres historias de ‘Three Extremes’ son terroríficas... y extremas, haciendo honor a su título. No es que haya escenas demasiado violentas, quizás sólo en ‘Cut’ y tampoco impresionan tanto. El miedo te corroe el cuerpo por lo que no ves, por todo lo que eres capaz de imaginar. ‘Dumplings’, por ejemplo, está tan bien lograda, es tan realista, que acabas poniéndote en el piel de la protagonista, aunque a la vez la acabas odiando. La pregunta que te haces está muy clara, igual que la respuesta: ¿Serías capaz de actuar como ella para lograr la ‘eterna juventud’? ¡No!

Con ‘Dumplings’, Fruit Chan da en el centro de la diana. Tanto que el mismo año en el que hizo ‘Three Extrems’, se vio ‘obligado’ a estrenar una versión alargada de su mini-película. Ésta no pude terminar de verla. La encontré demasiado dura. En versión reducida, y quizás en circunstancias personales diferentes, el ‘corto’ sí que he podido acabarlo. ¿Por qué es tan duro? Pues porque la protagonista es capaz de comer empanadillas de fetos humanos para no envejecer a ritmo normal. Su obsesión por mantenerse joven es tan grande que es capaz de provocarse un aborto para devorar a su propio hijo. ¿Puede haber algo más espeluznante? Los ruidos del mordisqueo, mientras va saboreando las odiosas empanadillas, ponen los pelos de punta. ¿’Dumplings’ es o no es una historia extrema?

Igual que ‘Cut’, claro. La historia de Chan Wook Park no tiene nada que envidiar a ‘Dumplings’. Es igual o más macabra que la anterior. El nexo de unión entre una y la otra son los mordiscos, aunque en ésta la comida todavía es un poco más ‘humana’. El director coreano está a punto de volvernos locos, al igual que a sus actores. Este ‘corto’ es una mezcla de realidad y ficción, aprovechando que su protagonista principal es un afamado director de cine. ¿Cuál es su problema? Pues que, aparentente es demasiado buena persona. Y, esto, para uno de sus fracasados actores, es pecado mortal.

(El resto del comentario explica partes de la película)

Su venganza (¿Venganza de qué?) está muy bien planeada. ‘Cut’ podría ser perfectamente la cuarta parte de su famosa trilogía de la venganza. Todo está estudiado hasta el último detalle. El actor fracasado ata al director con una cuerda elástica larga. De esta manera, sólo puede llegar hasta donde él quiere. Es como el perro que asusta, pero no puede morder a según qué distancia. A la mujer del director, una pianista afamada, le ata los dedos con cuerdas (como si fuera una marioneta) y se los engancha con pegamento al piano. El plan es claro, sencillo y demencial: o extrangula a una niña que hay sentada en un sofá de su casa (¿Cómo he llegado allí?) o, cada minuto que pase, irá cortando uno a uno los dedos de su mujer.

Una vez más, nos volvemos a preguntar, ¿Qué haríamos nosotros? Inicialmente, el director no quiere hacer daño a la niña, pero los dedos de la pianista van cayendo uno detrás del otro. Y al final, con razón o no, decide ahogar a la niña para salvar a su pareja. Pero la fortuna se alia con él y el actor fracasado resbala al pisar un anillo y cae encima del piano. La pianista no se lo piensa dos veces y acaba matándolo a mordiscos. Gracias a la casualidad, se salva ella, se salva el marido y se salva la niña, que al final no es tal. Resulta ser el hijo del actor fracasado, disfrazada de niña, al que él no se atrevió a matar. Ese mismo día había asesinado a su mujer, pero con su hijo le faltó valor, el que pedía que tuviera su exdirector ¿Para esto un montaje tan deprimente?

Pero la locura es pegadiza y cuando parecía que el balance era de ‘sólo’ tres dedos amputados, el director extrangula a su mujer mientras le dice al niño que lo hace por ella. Según parece, se encuentra en estado de ‘shock’. Ha perdido la razón y confunde a su mujer con el niño y al revés. Peor no podía acabar. Como dice la cultura popular, lo que mal empieza mal acaba. Una orgía de sangre con un balance de dos muertos y dos desquiciados.

En ‘Box’, los crujidos y los ruidos de mordiscos también nos inquietan, y de qué manera. A Takashi Miike le va más lo paranormal. Podríamos decir que es el ‘rey de las apariciones’. Aquí nos presenta a una escritora solitaria atormentada por su pasado. Siempre tiene el mismo sueño: se encuentra desnuda dentro de una bolsa de plástico y le cuesta respirar.

La escritora y su hermana trabajaban con su padre en una función de circo en la que acababan encerradas en cajas. El padre tiene predilección por la otra hermana y ella está celosa. Hasta el punto que un día ella encierra a su hermana en una caja para hacerse pasar por ella y sentir el aprecio de su padre. Pero con tan mala suerte que llega el padre y, en medio de un forcejeo, la caja se enciende y la niña muere carbonizada.

Al igual que en ‘Cut’ es difícil diferenciar realidad y ficción, una constante en las películas de Miike. Espectacular la escena, llena de crujidos, en la que el padre hace budú a su hija con una muñeca articulada. Al final no tienes claro si ella muere dentro de la bolsa de plástico, si ella y su hermana son siamesas o si todo ha sido un sueño sin más trascendencia. Sea como sea, no puedes sacarte el miedo del cuerpo. Miike ha logrado su objetivo. El final es abierto. Ahora toca pensar… si puedes.