diumenge, de maig 22, 2022

El camino del fuego (María Oruña)

Después de homenajear a los asesinatos de “habitación cerrada” en “Lo que la marea esconde”, vuelve Valentina Redondo. La teniente de la Guardia Civil protagoniza “El camino del fuego”, el quinto libro de la serie de Puerto Escondido. No es imprescindible haber leído los anteriores. Esta vez, la escritora gallega María Oruña (Vigo, 1976) coloca la acción en Escocia. El libro tiene 398 páginas y está publicado por la editorial Destino. Muy recomendable.
 
Valentina y Oliver Gordon vuelven a ser pareja. Nunca olvidarán que perdieron el hijo que esperaban, pero se han dado una segunda oportunidad. Están de vacaciones en Escocia y aprovecharán para visitar a la abuela y al padre de Oliver. Arthur Gordon está intentando recuperar el patrimonio familiar. Tiene tiempo y dinero. Acaba de adquirir el castillo de Huntly, en los Highlands. Había pertenecido a su familia hasta el siglo XVII, pero desde entonces ha ido cambiando de manos. Casi por casualidad, en su interior encuentra un pequeño despacho oculto. Y en él una carta que deja entrever que allí podrían encontrarse las memorias de Lord Byron. Supuestamente, fueron quemadas en el siglo XIX, pero quizás podría haberse salvado una copia. Sería una bomba literaria Y una gran fuente de ingressos. Varias personas allegadas a la familia no tardarán en llegar. 

El incendio de una parte del Castillo -con muerto incluido- y las investigaciones de la policía escocesa quitan un poco de protagonismo a Valentina, que en esta novela ocupa un discreto segundo plano. Oliver, su padre y su abuela tienen mucho más peso que ella, que no es ‘profeta’ fuera de su tierra. Lógicamente, intenta descubrir quién es el asesino, pero lo hace desde detrás de la barrera. Las memorias de Lord Byron pesan mucho más que todo lo otro. Oruña alterna la historia actual de los Gordon con el idilio oculto, en pleno siglo XIX, entre Jules Berlioz, dependiente francés de una librería de Aberdeen, y Mary MacLeod, la hija mayor de una familia escocesa adinerada. Ella era fan devota de Lord Byron. Como es habitual, la autora nos regala una historia ágil y muy bien escrita, con unos parajes idílicos y unos personajes bien trabajados. ¿Para cuándo la próxima entrega?

“Que nuestra vida, si resulta breve, no sea de escasa consecuencia. Que, aunque sepamos que solo somos un suspiro en el viento, no permitamos que todos nuestros pasos se deshagan en el aire. Esa era la filosofía de Arthur Gordon, y en ella se aplicaba. Hacía solo unos años que se había quedado viudo de Lucía. Una mujer extraordinaria que, en cuarenta años de unión, le había dado dos hijos y muchos recuerdos a los que aferrarse. Que ella fuese española y él inglés había enriquecido mucho su pequeño universo de hábitos y costumbres. Arthur se había jubilado solo unos meses antes de su pérdida, y de pronto se había encontrado con mucho tiempo libre y pocas ganas de disfrutarlo”. 

Bona setmana a totes i a tots. 

@Jordi_Sanuy