Cosas: Sueños de NBA

Conozco al ‘bajito’ de Pau Gasol desde hace un montón de años. A ver. Nunca he ido a comer a su casa y si algún día os lo encontráis por la calle y le preguntáis por mí puede ser que ni se acuerde. Si os oye, claro. Porque hablarle a un tío de 2 metros y 15 centímetros y que se entere de lo que dices ya es un pequeño triunfo. Como decía mi abuela, las cosas claras y el chocolate espeso. A lo largo de su brillante carrera, Pau ha conocido a un montón de periodistas y muchos de ellos, especializados en el mundo del baloncesto, le siguen a todas partes, como si fueran su sombra. Yo le he entrevistado unas cuantas veces, pero en etapas diferentes de su vida.

La primera fue en Andorra, el país de los Pirineos. Le acababan de comunicar que formaría parte de la primera plantilla del Barça. Era un jugador de categoría júnior que prometía mucho. Estoy hablando de 1999. Es decir, que él tenía 19 años. ¿Y yo? Pues… un momento, que lo pienso. Tenía 31. Cómo pasa el tiempo. Para lo bueno y para lo malo. Entre otras cosas me dijo que “estoy muy satisfecho de llegar al primer equipo. Intentaré aprovechar las oportunidades que me den y ayudar a mis compañeros en todo lo que me sea posible”. Lo hizo. ¡Y de qué manera! Guardo la cinta de esa entrevista como uno de mis grandes tesoros. En aquél entonces su objetivo era consolidarse en la Liga ACB. Nadie hablaba de la NBA.

Por suerte para él y por ‘desgracia’ del FC Barcelona, Pau sólo estuvo una temporada entera en el primer equipo. Su progresión fue meteórica y después de ganar la Liga ACB y la Copa del Rey, decidió marcharse a la NBA. Su entrenador, Aíto García Reneses, le decía que se quedara una temporada más en el Palau Blaugrana, pero él estaba convencido de que era el momento de cruzar el Atlántico. Gasol fue elegido con el número 3 del draft por los Atlanta Hawks que, posteriormente, cedieron sus derechos a los Grizzlies de Memphis. Así que Pau se fue a vivir a la ciudad del gran Elvis Presley. Sin complejos y con mucha hambre de victoria. Más que el bueno de Carpanta después de tres días sin comer.

En poco tiempo, Pau se ganó el respeto de toda la NBA, aunque, últimamente, jugar en un equipo perdedor se le estaba haciendo demasiado difícil. A lo largo de siete temporadas, ha ejercido de líder indiscutible de los Grizzlies, creciendo partido a partido. El problema es que el resto de los ‘Osos Salvajes’ estaban estancados desde hacía tiempo. En su etapa en Memphis, entrevisté a Gasol dos veces más, la última cuando visitó la sede de la Asociación de Clubs de Baloncesto en Barcelona. Seguía siendo un jugador muy accesible, pero el revuelo mediático que despertaba ya era brutal. Empezaba a ser una leyenda viva del deporte de la canasta. Pau estaba satisfecho con su juego, pero quería ganar con asiduidad.

Hoy en día, Pau Gasol es uno de los grandes reclamos de la NBA. Juega en un equipo campeón, los míticos Lakers de Los Ángeles, y comparte vestuario con el gran Kobe Bryant, con quien forma una de las parejas más temibles y letales de la mejor liga de baloncesto del mundo. Ganar el anillo de campeón, su sueño desde pequeño, ya no lo es tanto. Dicen los expertos que puede hacerse realidad esta misma temporada.

Hablando de sueños: entrevistar a Pau como campeón de la NBA, casi diez años después de hacerlo por vez primera, es el mío. Y si es en Los Ángeles, mejor que mejor. Veremos qué nos depara el futuro a ambos. Con su gancho, el ‘sky hook’ que hizo popular Kareem Abdul Jabbar, ha vuelto a California.

BRAVO POR BARDEM Y LOS COEN

Hablaba de ella hace sólo unos días en el blog. 'No es país para viejos', con cuatro estatuillas, ha sido la gran triunfadora de los Oscar. Mejor película, mejor dirección, mejor guión adaptado, y mejor actor de reparto para Javier Bardem. Él también ha cumplido su sueño. Como fan declarado de los hermanos Coen y del propio Bardem, desde tiempos inmemoriales, estoy muy contento. Les felicito a ellos y a la Academia con quien, por primera vez en los últimos años, estoy totalmente de acuerdo.