Paranoia 68: Sueños de Carnaval

Dicen que el Carnaval se lleva en la sangre. Supongo que a mí, antes de traerme a este mundo, se olvidaron de ‘ponér-melo’. Hay mucha gente que se pasa medio año preparándolo, viviéndolo día a día, cosiendo sus disfraces con mimo, ensayando los bailes que harán en la rua. Yo los aplaudo, quizás hasta los envidio, por el hecho de sentir una pasión tan grande por algo tan efímero, pero yo no perdería ni un minuto en ello. Lo digo así de claro. No me gusta disfrazarme y dudo que lo haga algún día.

Este fin de semana he estado en Palamós (Baix Empordà, Costa Brava), donde se celebra un Carnaval muy espectacular. Más de 70 comparsas, que llenaron de colorido las principales calles de este pequeño pueblo marinero. Como siempre todo está muy cuidado, hasta el más mínimo detalle. La rua empezaba a las tres y media, para aprovechar al máximo la luz del día. Mi familia llegó un poquito antes y se instaló para verlo todo desde primera fila.

Como que voy un poco escaso de sueño y hacía bastante frío, decidí hacer una siestecilla antes de ir a ver la rua. Sé, por experiencia, que el desfile de Carnaval es más largo que un día sin pan. A eso de las cinco y cuarto me acerqué el ‘meeting point’ pactado y todavía quedaban por pasar más de 30 comparsas. ¡De sobras para hacerse la idea y tirar cuatro fotos! Por cierto, ¿De dónde sacan las ideas los responsables de cada grupo? Porque disfrazarse de centauro no se le ocurre a cualquiera. Y hacerlo así de bien (como queda claro en la primera foto) está al alcance de muy pocos.

Todo Carnaval que se precie tiene su Rey y su Reina. Los de Palamós iban disfrazados de gatos, él con una chaqueta de piel espectacular, con cola incluída, como no. Daba la sensación que se habían escapado del teatro londinense donde triunfaba, triunfa y seguirá triunfando ‘Cats’. Miauuu, maullaba la Reina. Me imagino que para los ‘locos’ del Carnaval ser elegido Rey y Reina debe ser el ‘no va a más’. Sus sonrisas eran tan grandes que les daban la vuelta a la cara.

Por la noche soñé, como siempre, y recuerdo que vi a un demonio que se parecía mucho a mí. Quizás incluso era yo, con cara de monstruo (más feo de lo habitual) y con un cuchillo clavado en la sien. ¡Menudo susto! Si un día me despierto y me veo así al mirarme al espejo sí que estaré deprimido. Ese día el post será autobiográfico. Abriré la boca y, con un grito, sesgado y fuerte, pronunciaré su nombre: sálvame Valerrryyy!!!! Ja ja ja. Espero que todas y todos hayais pasado un Carnaval inolvidable.