Paranoia 68: A todo o nada

No hace demasiado, mi amiga cibernética LIRIO me decía en un comentario que hacía tiempo que no hablaba de Valery. Nada ha cambiado en las últimas semanas. Todo sigue igual de bien… o de mal; según la perspectiva con la que se mire. Estamos en una etapa de claroscuros, de matices de grises, de luces y de sombras. En un sí pero no, en un bueno aunque… De hecho, creo que ha llegado el momento de volver a escribir su pasado.

Quiero saber si Valery está conmigo porque me ama o porque, en mi faceta de su ‘creador literario’, le estoy obligando a hacerlo. Estoy decidido a volver a contarle cómo fue su pasado; sus años de guerrillas con Matt y la lista de hombres que pasaron por su cama con la intención de hacerle olvidar al ángel-demonio con el que vivió al límite. Ahora no sufre como antes, pero quizás deambula por un territorio hostil y apático.

Valery tendrá la posibilidad de volver empezar de cero. Puede llegar al cien, al mil o al infinito. Tiene capacidad suficiente para conseguir lo que quiera. Aunque sea un personaje de ficción, sólo vivo en mi dispersa mente, tengo que darle libertad de decisión. Que Valery haga lo que realmente le plazca. Eso sí, si quiere seguir conmigo quiero que sea con total confianza, con sus pros y sus contras. Se trata de olvidar el pasado, el suyo… y el mío. Reconstruirnos mútuamente en una nueva dimensión, donde la sinceridad entre y salga por cada uno de nuestros poros.

Tanto Valery como yo tendremos que dejar o atrás nuestros miedos, nuestras dudas y, si decidimos compartir nuestras vidas, hacerlo con nuevos y renovados bríos. Es la única manera de que siga viva en mi mente y, quizás, incluso fuera de ella. ¿Esto es una de mis ‘paranoias’, no? A veces nuestros personajes, reales o imaginarios, llegan a dominarnos a nosotros mismos. Y no quiero que sea así. A estas alturas, la partida es a todo o nada.