dimarts, d’octubre 02, 2007
Comentario: 'Candy' (***)
Yonkies de diseño
2006 / Australia / 116 minutos / Drama romántico / Director: Neil Armfield / Intérpretes: Heath Ledger, Abbie Cornish, Geoffrey Rush, Garry McDonald / Historia de una apasionada, duradera y autodestructiva relación amorosa. Candy es una joven y guapa pintora con ganas de vivir su vida al límite. Está enamorada de Dan, un poeta sin demasiada suerte en la vida. Los dos encuentran en la heroína un camino hacia el placer ilimitado. Pero cuando la adicción los domina, pierden todo aquello que habían encontrado.
‘Candy’ es una película interesante, pero sólo eso. La historia es durísima, hay que reconocerlo, pero Neil Armfield nos la explica ‘desde fuera’; en ningún momento logra que nos pongamos en la piel de los protagonistas. Entendemos su sufrimiento, pero no lo compartimos. Pasa todo lo contrario que en otros títulos de esta temática como, por ejemplo, la inigualable ‘Réquiem por un sueño’ (2000) o ‘21 gramos’ (2003). Siendo un tanto simplista, podríamos decir que ‘Candy’ es la versión ‘pija’ de las dos anteriores. La chica y su novio, Dan, se apuntan a la droga como un modo de vida, porque les gusta, sin pensar en las posibles consecuencias. Quieren vivir el momento al máximo.
Visualmente, la película es bonita, como sus protagonistas. Quizás su mensaje (y digo quizás) pasa por contarnos que la droga puede corromper a cualquiera, independientemente de su cara o de su posición social. Hay una frase que lo resume todo, pronunciada por el personaje que interpreta el oscarizado Geoffrey Rush: “Déjalo ahora que puedes; cuando lo quieras dejar, no podrás”. Así de sencillo y de complicado. La figura de Rush es curiosa: paternal y ‘camello’ a la vez; a veces los protege, a veces les ‘invita’ a consumir. Quiere a la pareja como nadie, incluso más que sus propias familias y, muchas veces, no sabe cómo ayudarles. La presencia de Rush, genial en ‘Shine’ (1996), es de lo mejor de la película, dividida en tres partes ‘Cielo’, ‘Tierra’ e ‘Infierno’.
Rush está acompañado de dos jóvenes promesas. Heath Leadger, que se consolidó como protagonista gracias a su papel de vaquero en ‘Brokeback Mountain (2005), y la guapísima Abbie Cornish, que se dio a conocer en ‘Somersault’ (2004). Tiene una belleza frágil, que la hace idónea para un papel de estas características. ‘Candy’ no es efectiva si la visionamos como una película ‘real’, pero está bien como fábula. Nos explica lo fácil que es entrar en el mundo de la droga y lo difícil que puede ser salir de él, a veces por mucho que lo intentes. Deterioro físico y psíquico, pérdida de familiares y amigos, ruina económica... éstos son algunos de los problemas que viven en sus carnes la joven y guapa pareja protagonista.
(El resto del comentario explica partes de la película)
El argumento es sencillo. En ‘Cielo’, Candy y Dan se enamoran. Su amor es muy fuerte, y lo demuestran, pero necesitan más. Quizás por este motivo, caen ciegamente en la droga, que les produce el placer adicional que buscaban. Podrían dejarlo, pero no quieren. Viven en un mundo de color de rosa.
En ‘Tierra’ se dan cuenta de que no todo es como se imaginaban. Necesitan dinero para pagar su adicción y Candy, que cada vez pinta menos, se ve ‘obligada’ a ejercer la prostitución. Él sigue sin escribir, sin publicar nada, y ella le pide que se dedique a la prostitución gay. Llega a intentarlo, pero no se atreve.
En ‘Infierno’ Candy queda embarazada. Ella y Dan intentan dejar las drogas, pero no lo logran. Los días de abstinencia son brutales, con la joven pareja sufriendo lo indecible para superar el mono. Pierden el hijo que esperaban y todo vuelve a empezar; hasta el punto de que Candy es ingresada en un centro psiquiátrico. En todo este proceso siguen queriéndose como el primer día.
Al final, todo parece ‘normalizarse’. Dan trabaja de lavaplatos en un restaurante. Candy ya ha salido de la clínica. Ella, más guapa que nunca, pasa a verlo para retomar su relación, pero él le da a entender que ha llegado el momento de que vuele sola: Juntos son una bomba de relojería. Una lástima. Final 'Made in Hollywood' para una película edulcorada de principio a fin.
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