Comentario: ‘El ultimátum de Bourne’ (***)

Acción trepidante y sin límites

2007. Tres nominaciones a los Óscar: Mejor montaje, mejor sonido, y mejores efectos sonoros / Acción – Thriller / Estados Unidos / 111 minutos / Director: Paul Greengrass / Intérpretes: Matt Damon, Julia Stiles, David Strathairn, Scott Glenn, Paddy Considine, Edgar Ramirez, Albert Finney, Joan Allen, Tom Gallop, Corey Johnson, Daniel Brühl / Tercera y última entrega de las aventuras del agente Jason Bourne, que vuelve a la acción cuando un periodista investiga la desaparecida sección ‘Treadstone’ de la CIA. Bourne sigue luchando para recuperar su pasado y descubrir quiénes fueron los culpables de su pérdida de identidad.

‘El ultimátum de Bourne’ es, sin duda, la mejor de la saga. Paul Greengrass, que ya dirigió la segunda parte, logra que la acción no decaiga en ningún momento; y eso que la película dura casi dos horas. Greengrass es un director con muchísima clase, como ya demostró en la espectacular ‘Bloody Sunday’ (2002). No soy fan de Matt Damon, a quien veo como un actor de registro único, pero me estoy empezando a acostumbrar a él. Y no es para menos, porque ha participado en más de treinta películas, algunas de muchísima calidad, como la oscarizada ‘Infiltrados’ (2006) o ‘Gerry’ (2002). También ha actuado en algunas comedias de su amigo Kevin Smith, como por ejemplo ‘Persiguiendo a Amy’ (1997). Además de Damon, la película cuenta con secundarios de lujo como Albert Finney, Daniel Brühl o Julia Stiles.

(El resto del comentario explica partes de la película)

Esta tercera entrega de Bourne (dicen que es la última) sirve para atar cabos. Al final, el agente descubre quién es en realidad y cómo acabó en el programa ‘Treadstone’, al que, parece ser, se sometió voluntariamente. Aunque también es verdad que le escondieron bastante información. Bourne no deja de ser un asesino a sueldo; simpático, pero asesino a sueldo. Y como suele ocurrir en estos casos, cuando ya no sirve, porque sabe demasiado, buscan a otro para que se lo carge a él. Es la rueda que nunca para. Pero Bourne es diferente y sobrevive a lo humano y a lo divino.

En ‘El ultimátum’, Bourne sigue la pista a un periodista que sabe algo sobre ‘Treadstone’. Una información que le cuesta la vida. A partir de este momento, el agente va ganando terreno, poco a poco, hasta llegar a la persona que le colocó en este callejón sin salida. El ritmo de la acción es trepidante, sin piedad y sin pausa, con escenas espectaculares sucediéndose, una tras otra, sin tregua. Una de las mejores es la persecución de coches, que tuvo lugar en Madrid. De hecho, tengo el honor de decir que la persona que la grabó es un amigo mío, Ferran Mas, un expiloto de motos que ahora hace de especialista. Su coche es el que iba detrás de los otros, con una cámara, grabando la persecución, brutal en todos los sentidos.

Al final, Bourne logra su objetivo: recuperar su identidad y que se juzgue a todas las personas que ‘trabajaron’ al margen de la ley. El agente recibe la inestimable colaboración de una mujer de la CIA, disconforme con los procedimientos ilegales de sus compañeros de trabajo. Es ella quien filtra el informe ‘Treadstone’ a la prensa. Un buen final para una buena saga, aunque tengo que reconocer que este tipo de películas no son mi debilidad... ni mucho menos.