dimecres, de juny 22, 2022

La ladrona de huesos (Manel Loureiro)

La lealtad se paga con lealtad y Laura Portela nunca traicionaría a Mijaíl Tarasov. La raptó cuando solo era una niña y la preparó para ser la agente perfecta. Con el paso de los años, el hombre se convirtió en lo más cercano a su padre adoptivo. Laura es la protagonista indiscutible de "La ladrona de huesos", la última novela del gallego Manel Loureiro (Pontevedra, 1975). Tiene 498 páginas y está publicada por la editorial Planeta. Una locura, de principio a fin!

Tras ser víctima de un atentado en México, Laura perdió la memoria. No sabe quién es ni a qué se dedicaba. En la actualidad, su único punto de apoyo es Carlos, el hombre de quien se ha enamorado. Le conoció en el hospital en el que estuvo ingresada largos meses. Durante una cena romántica, el hombre desaparece sin dejar rastro y ella vuelve a encontrarse totalmente perdida. Todavía más, cuando alguien le llama por teléfono y le hace una propuesta increíble: si quiere volver a ver a su pareja con vida... tiene que robar las reliquias del Apóstol en la catedral de Santiago. El destino le acaba de dar otro giro total a su complicada vida. Este ya no se lo esperaba. Bajo ningún concepto.

Una buena parte de la acción se desarrolla en el Camino de Santiago, con Laura enrolada, casi por casualidad, en un grupo de peregrinos de alto standing, con seguridad incluida. Como consecuencia del estrés, va recuperando la memoria y se da cuenta de su facilidad con los idiomas y de que está bien entrenada para la lucha. Son siete días vividos a un ritmo frenético, en los que todo es posible. La actualidad se combina con diversos episodios de la infancia y la formación de Laura en Madrid, Peredélkino, Nueva York, Ibiza, Riad, Ciudad de México, entre otros lugares. Siempre pasan cosas, sin pausas y con un ritmo endiablado. Lealtad, traición, secretos, agentes dobles, lucha entre Oriente y Occidente... todo tiene cabida en este thriller que es imposible dejar de lado. Apuesta segura.

"Apoyó el papel sobre su plato. Era una vieja foto amarillenta de un grupo de casas desperdigadas en el fondo de un valle. La vegetación que las rodeaba era verde y densa y los tejados rojos salpicaban el paisaje, coronando viejos muros de piedra. Al fondo, descollando sobre las demás, una edificación algo más grande y oscura dominaba el lugar. La imagen se interrumpía en la esquina inferior derecha, que parecía haber sido invadida por la noche, hasta que uno se fijaba con atención y descubría que aquel retazo del papel estaba ennegrecido, como si hubiese estado expuesto a un calor muy intenso."

@Jordi_Sanuy